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15:19:44 12/01/2023

Por la inflación, volverán a licitar los accesos a los puertos de Timbúes

El proceso inflacionario que vive la Argentina y la consecuente sobreoferta por parte de las empresas se llevaron puesta la licitación para construir accesos alternativos para el tránsito pesado con destino a los puertos de Timbúes. La apertura de sobres se había hecho el 22 de noviembre pasado, pero el análisis de los presupuestos obligó a dar marcha atrás con el proceso. Ahora, se anunció una nueva licitación para el 24 de enero, con un presupuesto oficial sustancialmente superior al del último llamado.

El llamado a licitación para construir un by pass que conecte la ruta provincial 91 con las terminales portuarias de Timbúes se convirtió en un hito para la región, y sobre todo para el cordón industrial y portuario que se extiende al norte de Rosario. Después de años de reclamos, notas, pedidos, reuniones y hasta cortes de ruta bastante virulentos, los vecinos de Andino, Serodino y Timbúes, pero sobre todo de Villa La Ribera, comenzaron a vislumbrar en noviembre el principio del fin de una pesadilla que terminó con muchas vidas perdidas en accidentes. Un problema que lleva años, y que los tuvo reclamando por lo menos desde 2005.

La obra que se había licitado consistía en un atajo para sortear los tramos urbanos de la ruta 91 y llegar a la ruta nacional Nº 11, más una prolongación hasta la calle Cacique Mongoré (en Timbúes), que es donde abren los caminos internos que conducen a las terminales Renova, Dreyfus Timbúes, Cofco, ACA y Aceitera General Deheza (AGD). La longitud total de la conexión vial era de 6.400 metros, de los cuales 3 mil serían de concreto y el resto de camino granular.

El proyecto arrancaba con una rotonda sobre la ruta 91, entre Villa La Ribera y Serodino. De allí partiría la nueva carretera, que irá por zona rural esquivando de esta manera las zonas urbanizadas. Esta traza empalmará con el puente Giardino, ya construido, que cruza la autopista Rosario-Santa Fe. El tramo siguiente, de hormigón como el anterior, llegaría hasta la ruta 11, donde se previó construir otro gran viaducto sobre esa carretera y sobre las vías del ferrocarril. A partir de allí, la obra proseguía con un camino granular (estabilizado y ripio) hasta Cacique Mangoré. Pero antes de llegar allí, se proyecta un puente sobre el río Carcarañá.

Sin embargo, la estampida inflacionaria hizo que las ofertas presentadas por Rovial y Vial Agro estuvieran hasta un 70 por ciento por encima de los 3 mil millones de pesos del presupuesto oficial para las obras. De esta manera, la provincia debió reprogramar la licitación y anunció un nuevo llamado para el 24 de enero de este año.

Según pudo saberse, el nuevo presupuesto alcanzaría a los 4.400 millones de pesos, tratándose del mismo proyecto.

Esto ocurrió con otros procesos para obras públicas que involucran a la región, como el del tercer carril de la autopista a Buenos Aires y el de las reformas al Monumento a la Bandera, en Rosario. En todos los casos, hubo que barajar y dar de nuevo

Ahora, y aunque los tiempos estimados de obra tampoco iban a dar para el corriente año, se pierde un tiempo vital para imaginar los nuevos accesos antes de la cosecha gruesa 2024.

La construcción de los nuevos accesos a los puertos de Timbúes es un proyecto que busca solucionar el pandemonio en el que se convierte año tras año la circulación por las rutas tradicionales que conectan a las terminales, sobre todo la 91 y la 10.

Este problema afecta a muchas localidades, como la misma Timbúes, Andino, Serodino, Oliveros y Puerto San Martín. Pero el punto más crítico fue siempre Villa La Ribera, un poblado de unos 700 habitantes y en crecimiento cuya jurisdicción está dividida entre tres comunas: de la ruta 91 al sur depende a Pueblo Andino, hacia el norte, a Oliveros, y cruzando el Carcarañá, tributa a Timbúes. Está literalmente atravesada por la ruta, y con cada cosecha gruesa los vecinos vienen enfrentando una situación que se volvió desesperante. Con picos de tránsito que han llegado a los 15 mil camiones diarios en las rutas de esa zona, la 91 se convirtió en un cuello de botella por donde pasa el tránsito pesado hacia las terminales de Timbúes.

En ese poblado, los camiones se amontonan y hasta invaden la cinta asfáltica, los autos tienen que avanzar sobre las banquinas, las ambulancias, los bomberos y la policía tienen dificultades para el ingreso y la salida de la localidad, y el peligro de accidentes, incluso fatales, es constante.

Esto hizo que los vecinos de La Ribera protagonizaran distintas acciones, desde pedidos de audiencia al gobernador Omar Perotti y el presidente Alberto Fernández, hasta protestas y cortes de ruta que resultaron históricos. El reclamo siempre fue: "A los muertos los ponemos nosotros". Hubo reuniones convocadas por la Defensoría del Pueblo, participación de funcionarios provinciales en encuentros con vecinos e instituciones de la producción, y una licitación que ahora quedó postergada.