Seguínos en las Redes
  • Subsidios al transporte: ¿federalismo o centralismo?

12:00:46 11/12/2022

Nocturnidad: Pichincha quiere "recuperar la vecindad y el descanso"

Los vecinos del barrio Pichincha, uno de los corredores gastronómicos y de esparcimiento más concurridos de la ciudad, estuvieron en el Concejo Municipal para aportar su mirada en la construcción de la futura normativa de nocturnidad. Con una larga lista de reclamos que van desde falta de planificación, abuso de habilitaciones de comercios, corralitos que ocupan la calle y ruidos excesivos y fuera de horario, reclamaron “recuperar la vecindad y el derecho al descanso”.

En el seno de la comisión de Gobierno del Concejo se sigue acopiando información y generando intercambios con distintos actores en busca de conformar una ordenanza que busca modificar la actual normativa (7.218) de Espectáculos Públicos.

El objetivo es acordar una regulación donde el Estado tenga un rol activo en el fomento de la cultura, se diversifiquen las propuestas de esparcimiento con controles eficientes, transporte, en espacios seguros, y en armonía con los entornos y los vecinos.

En esa instancia expusieron vecinos autoconvocados Pichincha, uno de los sectores que experimentó mayor crecimiento de la movida gastronómica; la vecinal Esteban Laureano Maradona (barrio Agote), el Consejo Municipal de la Discapacidad y la Asociación Empresaria Hotelero Gastronómica y Afines Rosario (Aehgar).

Antes del intercambio, la presidenta de la comisión de Gobierno, Caren Tepp (bloque Ciudad Futura), explicó el sentido de las audiencias con vistas a modificar la ordenanza 7.218 que rige desde 2001, un debate que demandará varias sesiones del primer tramo del período ordinario 2023.

Luego, Gloria Bereciartúa, referente de los vecinos autoconvocados de Pichincha leyó un documento a través del cual expresó “falta de planificación, abuso de habilitaciones, corralitos convertidos en islas que ocupan gran parte de la calzada y obstaculizan paso de peatones y autos y ruidos excesivos hasta la madrugada”.

“Pichincha es un ejemplo de lo que no se debe hacer”, cuestionó la vecinalista y recalcó: “Se debe recuperar la vecindad y el derecho al descanso”. Además, se refirieron al sistemático incumplimiento de la normativa sobre ruidos molestos, difusión musical en espacios abiertos, uso y abuso del espacio público en beneficio de gastronómicos, obstaculización con mesas y sillas de veredas.

“Funcionan bares a cielo abierto que no deberían estar permitidos, tocan bandas en vivo sin ningún tipo de insonorización”, se quejaron. Uno de los principales cuestionamientos se focalizó en la falta de control municipal y provincial. “Para muchos empresarios resulta más rentable pagar una multa que cumplir con las normas”, advirtieron.

En ese sentido, los residentes de Pichincha recordaron un juicio que llevan adelante contra la Municipalidad en el marco de la ley 10.000 de intereses difusos, donde hacen referencia a “la falta de control” de las normativas vigentes. De acuerdo a su observación, afirmaron que a la noche solo se observan dos agentes de proximidad en la zona. “Parecen de lejanía más que de proximidad”, ironizó una vecina.

En relación a ese punto, la concejal Tepp adelantó que desde su bloque se propondrá incluir en la futura ordenanza “un protocolo de inspección”. En rigor, hay cinco proyectos para modificar, complementar o reemplazar la ordenanza Nº 7.218.

Los cinco proyectos en danza plantean desde seguir con el ordenamiento por rubros, que divide a los locales de esparcimiento en dos grupos en relación a los que permitan o no bailar, y otros que proponen criterios vinculados al factor ocupacional (cantidad de personas por metro cuadrado), si cuentan con mobiliario gastronómico, insonorización o escenarios.

En la comisión de Gobierno también aportaron su mirada representantes de la vecinal Esteban Laureano Maradona, quienes apuntaron a los controles. “Cualquier normativa que se cree o modifique tiene que tener en cuenta el control del Departamento Ejecutivo, tiene que haber un compromiso en ese sentido, porque esa es la mayor deficiencia”, indicó Gabriel Palatnik, integrante de la entidad.

“No estamos en contra de la nocturnidad, pero consideramos que para avanzar se debe tener en cuenta el contexto, la movilidad, el ordenamiento del tránsito, entre otras cuestiones. Hay que analizar la ocupación del espacio público y llegar a un acuerdo, trabajar para que la noche rosarina tenga el plus cultural que se desea”, agregó Palatnik.

Otro aspecto que se debatió fue la apertura de los registros de oposición. Los vecinos recalcaron que “el silencio no tiene que ser una aceptación de apertura de locales, ya que muchas veces los vecinos no se enteran cuando se habilitan locales nocturnos, porque la información “no se publica correctamente”.

Los empresarios estuvieron representados por la Asociación Empresaria Hotelero Gastronómica y Afines Rosario (Aehgar). Su secretario, Alejandro Pastore, se mostró a favor de “romper la dicotomía entre bailar o no bailar en un local, porque lo importante es respetar los aforos”.

También enumeró los problemas que genera a los comerciantes cuando una persona apenas se mueve al ritmo de la música “y aún sentada, esa acción puede ser interpretada por un inspector como tergiversación de rubro”.

En relación a los decibeles, propuso elevarlos “de 45 a 60” y señaló que “hay mucho por analizar respecto a las normas de higiene y seguridad”. El empresario recordó que “el rubro gastronómico es generador de empleo, porque cualquier bar puede llegar a necesitar 8 o 10 personas para trabajar en distintas funciones”.

Tanto Pastore como el presidente de la entidad, Carlos Mellano, insistieron en la necesidad de “un concepto amplio de nocturnidad, sobre todo por lo que implica para promocionar el turismo en Rosario”. Y rechazaron, como se propone en uno de los proyectos, la creación de zonas promovidas o corredores para concentrar el esparcimiento nocturno.

La concejal Tepp instaló un interrogante sobre cómo reglar el ruido que generan las conversaciones en la calle o las personas movilizándose. Y para ello propuso tener en cuenta “la limitación del horario como medida más objetiva”.

El concejal Carlos Cardozo (Unión Pro-Juntos por el Cambio) indicó que “hay una cantidad de proyectos por amalgamar y darle coherencia. Como espacio seguimos defendiendo las zonas promovidas o exclusivas, como lo contempla el proyecto de Daniela León. Hay varias cuestiones: hacerle más fácil la habilitación a los inversores, generar condiciones para que los vecinos no se sientan invadidos y puedan tener su derecho al legítimo descanso, pero también facilitar la actividad nocturna como la tienen todas las ciudades modernas”.

Además de las instituciones y los ediles citados, de la reunión participaron los concejales Susana Rueda (Rosario Progresista); Lisandro Cavatorta, Silvana Teisa y Julia Irigoitía (Todos Hacemos Rosario); Luz Ferradas y Jésica Pellegrini (Ciudad Futura).

Según adelantaron desde el Concejo, la ronda de consultas se va a retomar en febrero de 2023 en busca de amalgamar los proyectos que están en debate con vistas a consensuar una normativa que regule la noche rosarina.

Los integrantes del Consejo de Discapacidad también aportaron sus inquietudes en relación a la nocturnidad y a la necesidad de “garantizar la cadena de accesibilidad, que debe estar representada en todos los ámbitos”.

“Partimos de un concepto de accesibilidad universal y nos paramos desde ese paradigma. Todos tienen derecho a llegar a un lugar, a transitar y a permanecer en un espacio, el derecho a que todos podamos acceder a todos los espacios”, afirmó Ezequiel Falletti, en representación de la institución.

Además de reclamar que la circulación “debe ser accesible por las veredas, en el uso del transporte, en el ingreso al boliche o a un bar”; hizo referencia a las deficiencias que presentan los baños para discapacitados en locales con superficie menor a 80 metros, a los cuales se les permite habilitar baños con requisitos mínimos, como una baranda de sostén.

En ese sentido, la concejala María Luz Ferradas (Ciudad Futura) planteó que como solución posible se podrían evaluar baños mixtos para optimizar espacio, y al mismo tiempo ampliar el concepto de inclusión. “No generar accesibilidad es discriminar gente”, recalcó Falletti, acompañado por Corina Bacella, también del Consejo de Discapacidad.