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Subsidios al transporte: ¿federalismo o centralismo?
Después de tanta espera, llegó el día. Este domingo comenzó la Copa del Mundo Qatar 2022. Antes del partido inaugural, que protagonizó la selección qatarí frente a la de Ecuador, dirigida por el santafesino Gustavo Alfaro, el estadio Al Bayt de la localidad de Al-Khor, lindante con la capital Doha, se vistió de fiesta para recibir una deslumbrante ceremonia inaugural.
Una de las primeras grandes ovaciones de la noche qatarí ocurrió cuando el campeón del Mundo con Francia en 1998 Marcel Desailly presentó el trofeo más deseado por el planeta, sacándolo de una caja ubicada en el ingreso al campo de juego.
Tras la cuenta regresiva, la introducción comenzó en las pantallas a través de la mirada de un tiburón ballena, símbolo de prosperidad para los navegantes, cruzando mares y desiertos, hasta llegar al espectacular estadio con formato de carpa beduina.
Luego apareció en escena el host, el actor de Hollywood Morgan Freeman. Con ritmos folclóricos qataríes, trajes típicos y hasta camellos sobre la lona dispuesta sobre el césped del campo de juego, se montó un espectáculo que combinó tradición y tecnología.
A la primera parte del breve acto de apertura le siguió un segmento nostálgico con el recuerdo de los mundiales pasados a través de diferentes símbolos: las mascotas, algunas canciones y figuras deportivas, entre las que apareció Diego Armando Maradona, en la antesala de la primera Copa del Mundo después de su muerte.
Así, las luces de los lasers le dieron paso a las banderas de los 32 países participantes, acompañadas con cantos tradicionales de cada seleccionado. El primero en escucharse fue el tradicional “vamos, vamos, Argentina”.
La segunda parte del show se volvió una coreografía internacional. Al ritmo de “La copa de la vida” que Ricky Martin cantó para Francia 1998, del “Waka Waka” de Shakira, ausente con aviso en Qatar al igual que otras figuras, y el “Hayya Hayya”, el himno de este Mundial.
Las mascotas de todos los mundiales dominaron la escena mientras de fondo se proyectaban imágenes de glorias de los mundiales, con Maradona al frente. La siguiente ovación llegó cuando se desplegó un gigante La’ebb, la mascota de este Mundial, lo que dio paso al show musical de Jung Kook, el cantante surcoreano de BTS.
Para el cierre, llegó el turno de las palabras del emir Tamin bin Hamad Al Thani, que fue observado a metros por el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, para luego darle el protagonismo definitivo a un impresionante show de fuegos artificiales, antes de que la pelota empezara a rodar.