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El reconocido actor argentino Alfredo Alcón murió en la madrugada de este viernes a los 84 años como consecuencia de una complicación respiratoria derivada de diversos problemas de salud que había sufrido en los últimos meses.
Alcón falleció alrededor de las 5 de este viernes cuando se encontraba en su domicilio particular de barrio Norte, después de estar internado durante cuatro meses en el Sanatorio de la Trinidad, según lo confirmó su amigo Jorge Viti.
El prestigioso actor, cuyo verdadero nombre era Alfredo Félix Alcón Riesco, había estado internado en La Trinidad, adonde había llegado en diciembre por una infección intestinal que acabó complicándose por problemas respiratorios.
Su último trabajo en teatro había sido “Final de partida”, de Samuel Beckett, que protagonizó el año pasado junto a Joaquín Furriel en el teatro San Martín.
Había nacido el 3 de marzo de 1930 en Ciudadela, provincia de Buenos Aires, en el seno de una familia bien española: Alcón es un apellido de ascendencia andaluza-árabe, su abuela paterna había inmigrado desde Cádiz, y Riesgo, el apellido de su mamá, era de Castilla. "A mi abuela castellana, yo le daba un beso y, distante, me decía "Gracias, hijo". "¿Por qué me dices gracias, abuela?, le preguntaba. "Yo sé por qué lo digo", me contestaba. Y, en cambio, la abuela andaluza me abrazaba, me besaba y decía: "Ay, niño, ¡qué guapo eres!" Y yo entonces pensaba "Qué raro: las dos españolas y tan distintas", contó en una entrevista al diario Clarín. Cantando nanas aprendió a hablar el español con acento bien ibérico y eso le permitió desempeñarse en los escenarios de la madre patria con total soltura, donde fue aclamado en cada una de la decena de obras que lo llevaron a cruzar el Atlántico a lo largo de su vida.
Aunque le molestaba el calificativo, Alcón fue ante todo un "maestro" del teatro. "Yo no oigo cuando me dicen maestro. Contesto, «sí, maestro», y me río. El que se cree un maestro es un pelotudo. El que encuentra rápido es porque busca poco: cuando empiezo a trabajar, estoy tan inseguro, que me sobran los brazos", decía sobre su trabajo aunque al resto de los mortales le pareciera increíble que justamente él pudiera tener alguna inseguridad.
En una de sus últimas entrevistas reflexionaba con total sinceridad: "No me detengo a pensar qué clase de vida llevo, porque un día quiero una cosa, y al siguiente, otra. Quizás puedo mirar hacia atrás y ver qué dibujos hice. Otros siguen como si fuese una brújula a una institución, religiosa o ideológica. Eso no es estar vivo. Es respirar según un molde y convertir tu alma en una cosa".
En las últimas semanas, cuando su salud se había complicado, estuvo rodeado de amigos y colegas como Graciela Borges y su representante Alejandro Vanelli. Joaquín Furriel también estuvo cerca de su familia. Él, con Roberto Castro y Graciela Araujo, fueron los compañeros de Alcón en "Final de Partida", la obra de Samuel Beckett, que en los primeros meses de 2013 realizaron en la sala Casacuberta del Teatro San Martín.