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19:18:07 03/04/2022

Los ladrones se hacen pasar por deliveries para cometer robos y arrebatos

Enmarcados bajo la modalidad del delito predatorio, Rosario asiste a un aumento de arrebatos en la vía pública protagonizado por delincuentes que se mueven en moto y simulan ser cadetes de aplicaciones de reparto. Desde el gremio que nuclea a los trabajadores están preocupados, porque además de sobrevolar la estigmatización de la tarea, indicaron que también son víctimas por el despojo permanente de motocicletas, luego utilizadas para delinquir. Mientras el Ministerio de Seguridad tiene indicadores que marcan una baja de ese tipo de hechos, la Fiscalía Regional busca cruzar datos para esclarecerlos.

El fenómeno no es nuevo, pero en los últimos tiempos creció de manera preocupante. La delincuencia encontró allí un resquicio para camuflarse. La pantalla es ideal porque tienen a disposición una motocicleta y un casco, dos herramientas que son parte de la crónica policial cotidiana.

Son veloces, oportunistas, aprovechan el descuido y la confianza que inspira su falso ropaje. Mientras fingen entregar o recibir mercadería en un domicilio, en realidad aguardan a la víctima. Cuando ésta se acerca, le quitan teléfonos, carteras y bolsos. Después, se sienten gritos de impotencia y un acelerador a fondo.

No hay horario, zona, ni blanco puntual, puede ocurrir a plena luz del día o al anochecer, contra mujeres, hombres, adolescentes o adultos mayores. La historia se replica en cualquier barrio, con una policía ausente, o que corre de atrás.

La problemática tiene varios costados. Según datos no oficiales, en la ciudad trabajan unos 10.000 cadetes. La mayoría, de acuerdo a lo que dice el sindicato del sector, lo hace en una situación laboral precaria.

Nicolás Martínez, secretario general del gremio expuso que el problema los afecta. “Nos roban las motos con las cajas y después las utilizan para robar. Los ladrones saben que andamos con dinero, celular. Somos un blanco fácil. Hubo compañeros que recuperaron los vehículos y la policía les informó que los habían utilizado para robar”.

Ante un fenómeno en aumento, el dirigente indicó que se impulsan reuniones con concejales y autoridades. “Nos afecta desde lo laboral, somos miles los que vivimos de esto, no queremos que nos estigmaticen. En Santa Fe surgió la idea de colocarles GPS a las motos para facilitar el rastreo. Vamos a tratar de replicarlo en Rosario”, recalcó.

Recordó que el Concejo Municipal aprobó una ordenanza, (7.042) que regula a las cadeterías, pero no se instrumenta. “Tiene que haber un registro de todos los deliveries, pero no se cumple. El Ejecutivo la debe instrumentar. Allí figuraría la cantidad de empleados y las motos”.

En la Unidad Fiscal de Delitos con Imputados No Individualizados sistematizan información sobre los robos de falsos cadetes. Voceros del organismo indicaron que por la cantidad de denuncias que ingresan desde el 911, online o en los centros territoriales, se nota un crecimiento que arrastró la pandemia. “No llega a ser exponencial pero sí muy reiterado”, explicaron.

En ese sentido, personal de la Agencia de Investigación Criminal trabaja sobre georreferencia de los hechos, busca patrones de territorio y horarios, y se hacen tareas de calle. Si bien no se unifican todos los casos, se investigan conjuntamente por las características reiteradas en presentarse como deliveries.

Los datos oficiales muestran una disminución en las denuncias de delitos predatorios al 12 de marzo, según estadísticas relevadas por la Subsecretaría de Prevención y Control Urbano Ministerio de Seguridad, que se apoya en las cartas de incidencia del 911.

El informe detalla los llamados recibidos por la central de emergencias entre el 1º de enero y el 12 de marzo. En ese lapso, se atendieron 3.335 llamados por robos, 1.507 por tentativas de robos, 483 por robo calificado; 149 por hurtos, 42 por arrebatos y 21 por tentativa de hurtos.

El mayor objetivo fueron las personas (1.886), luego domicilios particulares (1.047). De esos hechos, 540 ocurrieron en la vía pública; en 432 el blanco fueron los automóviles; 342 contra comercios y 172 a motocicletas. Luego les siguen los camiones (94); bicicletas (86); obras en construcción (54), e instituciones educativas, con 46 denuncias.

El elemento más sustraído fue el teléfono celular (541); luego le sigue el cableado de servicios públicos (467); las motocicletas (275); bolsos, carteras o mochilas (199). Más atrás se ubican las bicicletas (185); autopartes (135); automóviles (128); materiales de construcción (113); dinero (97); y medidores (84).

La modalidad de robo más utilizada es la del “asaltante atracador” (723); y bien cerca se ubicaron los ladrones en moto (681). De acuerdo a los informes, 1.370 mujeres sufrieron los robos, aunque no muy lejos se posicionaron los varones (1.158). Se discrimina “varios géneros” con 60 denuncias, otras 3 de no binarios, y una víctima que no se registró.

El subsecretario de Prevención y Control del Ministerio de Seguridad de Santa Fe, Claudio Brilloni, remarcó que a partir de las estadísticas “se nota una baja en los delitos predatorios, inclusive en delitos graves. Llevamos 13 homicidios en marzo contra 26 de febrero, que es un mes más corto”.

Sobre el permanente malestar que por ausencia de policías y de prevención, indicó que un denominador común en todas las provincias es “la desatención de los policías de calle, tentados por ver el celular, y no en actitud de prevención, proactiva, en alerta, observadora. Es algo recurrente que impacta negativamente. Se aprovecha la desatención del policía para cometer delitos que preocupa a la gente, que quiere salir a trabajar o al comercio tranquila. Sin embargo tiene que ir con cuatro ojos porque la policía está mirando el celular.”

Puntualizó que “hay que trabajar con el liderazgo policial. Es un problema no solo de la policía de Santa Fe, también de las fuerzas federales. Se quiere manejar todo desde un escritorio. Pero el jefe policial tiene que caminar la calle, incentivar, y aplicar las sanciones que correspondan si no se trabaja”.

Además, reconoció que “la flota de vehículos necesita un inmediato reemplazo. La provincia tiene una licitación aprobada de 480 patrulleros que ya tendrían que estar en la calle, pero no hay empresa en el mundo que lo pueda hacer de un día para el otro. La guerra Ucrania-Rusia afectó, y no es un problema de previsión. Por ahora tenemos que sacar patrullas pedestres porque no tenemos vehículos”.

En el Concejo Municipal analizan la recurrencia de los robos protagonizados por falsos cadetes, y en general por la gama de delitos más violentos que cometen personas a bordo de motocicletas. El presidente de la comisión de Seguridad, Lisandro Cavatorta, entiende que el problema “se ve y existe. La motocicleta es un instrumento de trabajo para cometer delitos, como balaceras y extorsiones”, alertó.

Sostuvo que ahora se debe poner el “foco en la moto, porque no es más como hace algunos años, hay que mirar los problemas hoy. Son momentos extraordinarios que merecen soluciones a esa altura, medidas de emergencia. Si una persona no puede acreditar titularidad con tarjeta verde y no tiene autorización para circular, hay una potencial arma para cometer delitos”, expresó el edil de Todos Hacemos Rosario.

Sin embargo, aclaró que entienden las situaciones de las personas que trabajan como cadetes o las que van en moto a fábricas, los maestros o los albañiles.

“Sabemos que se usan para el trabajo, pero, en este contexto, que la policía pueda detenerlas para averiguar dominio y titularidad, es un paso adelante”, indicó sobre la nueva disposición del Ministerio de Seguridad de Santa Fe.

Deslizó que aproximadamente “el ciento por ciento de arrebatos y balaceras se hacen en motocicleta. No se puede ideologizar, pero la gente está cansada de lo mal que estamos. Desde la comisión de Seguridad nos hacemos cargo, nos reunimos una vez por semana con el Ministerio de Seguridad para tratar todos los temas, como los robos, y la presencia policial. Acá no se puede sacar rédito personal, echarle la culpa al otro no contribuye en nada”.

Finalmente, reconoció que hay “un grave problema de presencia policial. Esto tiene que ver con que durante muchos años se han destruido las comisarías y se centralizó la seguridad en pocos lugares. Ahora hay que volver al territorio. Es ese el problema que tenemos. Necesitamos comisarios que tengan contacto con los vecinos. Y, como siempre, hay cuestiones de fondo que se deben resolver: la desigualdad, el trabajo y mas oportunidades para la población, porque Rosario se convirtió en una ciudad inequitativa”.

 

Fuente: La Capital