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21:42:37 09/05/2021

Colombia sumó su decimosegundo día de paro nacional con movilizaciones

Colombia sumó este domingo su 12º día de paro nacional y protestas, a la vez que el Gobierno avanzó con su plan de diálogos sectoriales y dio a conocer el inicio de negociaciones con la guerrilla ELN por intermedio de la Iglesia Católica. Aunque la violencia mayor parece haber cedido, se mantienen las movilizaciones y los reclamos de reformas, enumerados por el Comité del Paro, organismo surgido espontáneamente y que dirige las protestas.

El gobierno del presidente Duque ha lanzado una ronda de negociación para rebajar la tensión y buscar salidas consensuadas. Es lo que hizo en noviembre de 2019, cuando las protestas eran más pacíficas y puntuales y la situación del país mucho más llevadera. Ahora la crisis económica desatada por la pandemia ha agravado el malestar social. La fallida reforma tributaria del Gobierno fue el disparador, pero pese a que fue archivada, las protestas iniciadas el 28 de abril ya habían tomado vuelo propio y continuaron. Colombia vive en estado de paro nacional desde hace 12 días.

La represión policial, con al menos 27 muertes según cifras oficiales y cientos de heridos, exacerbó los ánimos, en especial de los jóvenes, que son un componente fundamental de las marchas que se repiten en las ciudades de Colombia. Pero hay asimismo grupos violentos organizados que destruyen bienes públicos y empresas, y que enfrentan a las fuerzas del orden de manera sistemática y violenta. El Gobierno denuncia y resalta este aspecto, a la vez que impulsa una ronda de diálogos que se inició el viernes con una coalición opositora de centroizquierda, siguió con alcaldes y gobernadores y ayer con líderes religiosos y que debería tener su punto más saliente hoy, lunes, si se concreta la anunciada reunión del presidente Duque con el Comité del Paro.

Lo que empezó como una rebelión contra la reforma tributaria se convirtió en un clamor nacional que puso al presidente Duque contra las cuerdas. Intenta salir del apuro con el diálogo nacional pero el cuadro se complica además por la cercanía de las elecciones presidenciales (2022) y por la violencia de la policía, acusada de la mayoría de las 27 muertes reconocidas por la Defensoría del Pueblo. A su vez, la aparición de grupos violentos, que son asociados con las guerrillas, y el bloqueo de rutas, que causan un desabastecimiento que se sufre cada día más en medio la pandemia, son factores de peso. Y la violencia sigue siendo la principal preocupación de los colombianos según los sondeos.

“La cobertura y la sostenibilidad (de las protestas) han sido inéditos”, dice a la  BBC Mauricio Archila, experto en movimientos sociales. Las protestas en Colombia han sido masivas y se han extendido a muchas ciudades y poblados del país. Las protestas esta vez llegaron a pequeños y medianos municipios. Fueron convocadas por jóvenes, pero cuentan con el apoyo de los mayores. El paro nacional ha paralizado la producción, el abastecimiento y el transporte en rincones inesperados. “Este paro ha llegado a lugares donde antes no se solía protestar y se ha mantenido por varios días sin dar tregua”, añade Archila. Sobre cómo la violencia se tomó las calles de Colombia concluye: “Soy muy escéptico de las comparaciones, y no quiero hablar del Bogotazo (1948), pero es cierto que este paro ha producido una alianza obrero-campesina-indígena que tal vez nunca había estado tan equilibrada”.

Pero el paro nacional es un movimiento heterogéneo plagado de contradicciones y conflictos internos. Su líder no es claro y en su interior hay representaciones de casi todos los sectores. Su futuro depende de si logra armonizar esa diversidad. “Pero lo que sí es evidente es que la fuerza del paro sorprendió a toda la clase política”, opina Daniel Hawkins, investigador de la Escuela Nacional Sindical. “En la mitad de la tercera y más fuerte ola de contagio, los políticos nunca creyeron que la gente se iba para la calle de forma masiva”, apunta Hawkins.

Lo que es difícil pronosticar es si este movimiento terminará en una situación que sí tiene precedentes en Colombia: la de una violencia desbordada. La economía colombiana ha sido durante décadas tal vez la más estable de América Latina: la que menos recesiones tuvo en el siglo XX, nunca presentó hiperinflación y no incumplió sus compromisos de deuda en 80 años. Pero ahora la situación es distinta. “Pocas veces, por no decir nunca, había visto al país en una situación tan difícil como hoy”, escribió el prestigioso economista y exministro Mauricio Cárdenas.

El Papa Francisco expresó su “preocupación por las tensiones y enfrentamientos violentos” en Colombia. Luego de terminar el habitual rezo dominical del ángelus, el Papa, asomado a la plaza de San Pedro, se refirió a las protestas y la violencia en Colombia. “Mi preocupación por las tensiones y enfrentamientos violentos en Colombia que han provocado muchos muertos y heridos”, expresó el Papa, quien además saludó a las decenas de colombianos que acudieron con banderas del país a la plaza de San Pedro. Estas palabras fueron también publicadas por la cuenta de Twitter del Papa, que agregó: “¡Queridos colombianos, oremos por vuestra patria! Oremos juntos”.

En Colombia, en tanto, la Iglesia y la ONU han intercedido para establecer diálogos entre el Gobierno y la guerrilla del ELN. El alto comisionado para la Paz, Miguel Ceballos, confirmó la exploración de diálogos con la delegación el ELN en Cuba. La Santa Sede, a través del nuncio apostólico Darío Echeverri, delegó la negociación en el padre Luis Mariano Montemayor. Por parte de la ONU, negociará el jefe de la misión en Colombia, Carlos Ruíz Massieu.

El presidente Iván Duque, por su lado, mantuvo una reunión de alto perfil con los representantes de las iglesias cristianas de Colombia en el Palacio de Nariño. Los religiosos respaldaron al mandatario en medio de las protestas y el paro indefinido. “Expresamos nuestro respaldo a la institucionalidad y pedimos levantar los bloqueos”, afirmaron los representantes religiosos tras su encuentro con Duque.

Esta reunión se enmarca en la iniciativa del Gobierno para dialogar con diferentes sectores con el fin de encontrar una salida a las manifestaciones que se desarrollan desde el 28 de abril. Los líderes religiosos rechazaron la violencia ejercida por miembros de las fuerzas de seguridad, pero a su vez han agradecido la labor de los agentes que garantizan la seguridad de los colombianos. Por su parte, Duque ha destacado el respaldo que los líderes religiosos a la institucionalidad y al diálogo y ha reiterado su rechazo a la violencia en las manifestaciones.

“Acompañamos el llamado de líderes religiosos al levantamiento de bloqueos, su rechazo a la violencia y a las vías de hecho. También el apoyo que dan a los programas sociales, al pacto por los jóvenes y al diálogo es fundamental y demuestra que juntos saldremos adelante”, ha apuntado Duque a través de su cuenta en Twitter.