La justicia concedió la libertad al conductor acusado de doble homicidio simple porque persiguió, atropelló con su camioneta y mató a dos ladrones que un momento antes lo habían asaltado y le robaron una mochila con dinero. El hombre accedió al beneficio luego de declarar en una audiencia realizada este viernes en el Centro de Justicia Penal. Resultó fundamental la evaluación realizada por el fiscal de la causa, quien consideró que muy posiblemente con el avance de la investigación la calificación del hecho cambie y la acusación contra el imputado sea menos grave.

La decisión de dejar libre a Diego Pablo C. tomada por el juez Román Lanzón se produjo mientras la Fiscalía todavía espera los informes finales sobre las autopsias y la pericia accidentológica vial realizadas tras el grave episodio en el lugar donde murieron las dos víctimas. Aun así, para el fiscal Patricio Saldutti, la investigación está "muy avanzada" y con muchos elementos para llegar al esclarecimiento de lo que ocurrió.

Se sabe que la pesquisa incluye entre otra evidencia el material recolectado de 21 cámaras de seguridad en el trayecto entre el hecho de robo que dio inicio a la secuencia trágica y los dos homicidios.

Además, en la causa incluso ya declararon 12 testigos, cuyos relatos también son considerados clave por los investigadores del caso.

Al concederle la libertad a Diego Pablo C., también se le impusieron una serie de obligaciones que deberá cumplir mientras la investigación continúa. Entre ellas, la obligación de someterse al cuidado de dos familiares, fijar residencia, presentarse ante la Oficina de Gestión Judicial semanalmente y no salir del territorio de la provincia de Santa Fe.

Además, tendrá prohibido acercarse y tener contacto con familiares de los fallecidos y testigos de la causa, tener o portar armas de fuego, conducir vehículos motores y motocicletas y consumir estupefacientes o abusar de bebidas alcohólicas.

Todas estas normas de conducta fueron propuestas por la Fiscalía, en acuerdo con el abogado defensor del acusado, Pablo Rajmil, y aceptadas por el juez de la causa, Román Lanzón.

El episodio por el que está acusado Diego Pablo C. ocurrió el 8 de abril en las calles del barrio de Fisherton, en la zona oeste de la ciudad. Luego de ser asaltado por dos jóvenes que se desplazaban en moto, quienes lo amenazaron para sacarle una mochila en la que había dólares y pesos, la víctima de ese primer episodio comenzó a perseguir a los delincuentes hasta alcanzarlos. Pero la secuencia no terminó allí: los atropelló con su camioneta. Uno de ellos murió en el acto y el otro luego de agonizar durante algunas horas en el Hospital de Emergencias Clemente Alvarez.

Diego Pablo C. estaba con prisión preventiva por 60 días e imputado de doble homicidio simple. Las víctimas se llamaban Diego Nicolás Quiroga García y Luciano Escudero, de 25 y 29 años. El día que murieron se movilizaban en una moto y en el lugar donde quedaron sus cuerpos la policía secuestró un arma.

El asalto a Diego Pablo C. se había producido frente a su casa, en la calle Amuchástegi a la altura del 600. La persecución posterior se extendió por unas siete cuadras y terminó trágicamente en la calle Juez Zuviría y Navarro, siempre en el barrio de Fisherton.

Entre la evidencia que usó el fiscal Saldutti para obtener la prisión preventiva del acusado figuran los videos registrados por varias cámaras de seguridad instaladas en el recorrido que perseguidor y perseguidos hicieron esa tarde, después del robo a mano armada. En una de ellas se ve con claridad cómo, al darles alcance, la camioneta se sube a la vereda y literalmente los lleva por delante.

"La filmación que se ha reproducido en esta audiencia es lo suficientemente contundente como para saber que cualquier persona que maneja un vehículo en las condiciones en que lo hace, y con el desenlace que en definitiva ocurre, no podría haber tenido otra intencionalidad que no sea producir el resultado que finalmente se produjo, que es la muerte", había dicho el juez Lanzón al aceptar el pedido del fiscal de prisión preventiva para el acusado. Y luego añadió, dejando abierta la posibilidad de otras calificaciones para el futuro: "Habrá que profundizar cuál era el estado del conductor en ese momento". Luego de esa audiencia, Diego Pablo C. fue sometido a exámenes para evaluar su estado mental.

El caso disparó una serie de opiniones cruzadas sobre la conducta de Diego Pablo C. y el delito por el que debían acusarlo, y también la reacción de un grupo activo de vecinos de Fisherton que organizaron varias marchas, tanto en el barrio como frente al Centro de Justicia Penal, para exigir que lo liberaran. En todos los casos, el argumento de quienes pedían su excarcelación es que actuó en defensa propia luego de ser asaltado por dos jóvenes que tenían antecedentes penales y habían pasado tiempo en prisión.