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Subsidios al transporte: ¿federalismo o centralismo?
La Cámara de Casación Penal confirmó las condenas de la Justicia Federal de Rosario que pesaban sobre los miembros de la denominada banda Los Monos, acusada de liderar una organización ilícita dedicada al tráfico de drogas.
La Sala II del máximo tribunal penal federal del país, presidida por el el Juez Alejandro W. Slokar, y con la adhesión de Guillermo J. Yacobucci y Carlos. A. Mahiques, rechazó todos los recursos interpuestos por las defensas de veinte imputados vinculados a la organización dedicada al narcotráfico conocida como Los Monos. Se trata del megaproceso que vinculó a 39 personas, 22 de las cuales estaban en prisión preventiva y alojadas en distintos complejos penitenciarios.
En la sentencia se estableció que los organizadores y responsables máximos de la banda continuaban comandando la actividad ilícita desde la cárcel y poseían una línea de teléfono fija dentro de su celda. Ambos se comunicaban con sus respectivas parejas y otros miembros de la organización, logrando mantener el control territorial y organizativo que detentaban, a pesar de encontrarse privados de libertad.
Para el juez Slokar, que lideró el acuerdo: “al momento de iniciarse la investigación, Chamorro y Cantero se encontraban privados de libertad, mas continuaban dirigiendo la ilícita actividad valiéndose de la constante comunicación con sus respectivas parejas”.
A partir de una extensa investigación, se reveló que Los Monos comercializaban cocaína y marihuana en Rosario, que poseían bunkers desde los cuales se organizaba la venta al menudeo.
Se trataba de una asociación estratificada y las condenas recayeron tanto sobre los altos mandos como sobre los eslabones inferiores de la cadena de tráfico. También se desarticularon dos cocinas de cocaína. A partir de los procedimientos realizados, se secuestraron 370 kg de marihuana y cocaína fraccionada para su venta.
El tribunal de casación rechazó planteos de nulidad y confirmó condenas que llegan hasta los 17 años de prisión, de acuerdo a los distintos grados de responsabilidad, como en los casos de Jorge “Ema” Chamorro y Ariel Cantero considerados los organizadores y responsables máximos de una organización dedicada al tráfico de estupefacientes.