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Subsidios al transporte: ¿federalismo o centralismo?
Viernes Santo: un día de trabajo normal para la mayoría del personal de Salud que brinda asistencia en área Covid. Gabriela Quintanilla, la médica que está a cargo de la dirección del Hospital Carrasco, revisa las planillas con los datos más recientes. Esos números se corresponden con la realidad epidemiológica: en el último mes la tasa de positividad de quienes se hisopan en esa institución trepó del 20 al 50%. También hay cada vez más gente que tiene síntomas o se acerca al hospital por ser contacto estrecho de un positivo.
En vísperas de feriados y durante los días de conmemoración o festivos, como sucede por estas horas, hay quienes buscan saber si tienen o no la enfermedad porque quieren viajar o visitar a familiares. Por eso las filas en la vereda del efector del macrocentro rosarino suelen tener una cuadra o más durante estas jornadas.
Que haya cada vez más gente que necesite testearse no es algo que sorprenda a Quintanilla. Es lo que observan cuando una ola de contagios se acerca. Sobre todo teniendo en cuenta que el Carrasco es un centro de referencia al que llegan, incluso, muchas personas que tienen obra social, ya sea porque su servicio social no les cubre el hisopado (algo que la médica cuestiona) o porque los rosarinos confían en la entidad municipal y prefieren testearse allí, lo que no es lo más recomendable teniendo en cuenta que los recursos en salud son siempre limitados.
De todos modos, y aunque sería conveniente que los ciudadanos tengan claro que si tienen obra social o medicina privada deben solicitar que les cubran los testeos, el hisopado en el Carrasco no se le niega a nadie que tenga síntomas compatibles o criterio de hisopado.
Por el momento, el aumento en los casos de Covid de las últimas semanas no se refleja en las internaciones en el Carrasco. En Rosario, los 1.322 infectados de la última semana representan el valor más alto en casi dos meses. Para encontrar un valor superior a este, fuera del pico de octubre/noviembre, hay que retrotraerse a la última semana de enero cuando se reportaron 1.444 contagios en siete días.
Quintanilla menciona que el hecho de que no haya una suba de las internaciones por ahora puede deberse a diversos factores. Uno de ellos puede ser que la mayoría de los contagiados sean personas jóvenes y que se note ya un impacto positivo en los adultos mayores que recibieron la primera dosis de la vacuna. “No es posible arriesgar una explicación todavía, sí es cierto que las personas jóvenes o de mediana edad dejaron de lado los cuidados, como si la pandemia hubiese pasado, lo que es realmente preocupante. Al mismo tiempo, muchos adultos mayores, aún vacunados todavía se cuidan, toman recaudos, salen poco”, reflexiona la especialista, quien hizo hincapié en un aspecto que la preocupa: “Las vacunas, tan necesarias, en cierto modo crean una sensación de falsa seguridad. Es importante que la gente sepa que aún con ambas dosis colocadas puede contagiarse y contagiar. De allí que insistamos tanto con seguir usando el barbijo, tomando distancia, con el lavado de manos y la ventilación de los ambientes cerrados que es fundamental en este momento”.
Para Gabriela Quintanilla los que se están viviendo son “días extraños, confusos y paradójicos”. Esa contradicción a la que hace referencia tiene que ver con que mientras los contagios suben sin pausa en el país hay muchísimo más movimiento de personas, la ocupación hotelera en Rosario es del 85%, las localidades turísticas están a full por estos días (incluso en Córdoba o Mar del Plata donde ya se han detectado numerosos casos de Covid con la contagiosa cepa de Manaos). “Además, si uno observa críticamente las publicidades en los distintos medios de comunicación se ven algunas de cervezas donde los jóvenes se juntan sin barbijo ni distancia o propagandas de yerba donde se comparte el mate: todo al revés de lo que necesitamos que se instale como mensaje”, dice la médica.
“Hay una flexibilización general y extrema de las medidas de protección. Teniendo las variantes de Manaos, Río de Janeiro y Reino Unido en el país, que son muy contagiosas, cada vez menos gente se cuida, deja de usar barbijo, se junta grupos en una misma casa. Tenemos que encontrar una manera de modificar estas contradicciones para no tener una segunda ola imparable”, comenta.
De los hisopados que se hacen en el Carrasco con el testeo rápido, el 40% da positivo. De los que dan negativo y pasan al control por PCR otro 10% también confirma el contagio, lo que eleva la tasa al 50%. “Vamos viendo que sube la curva, tal como se nota en las curvas que nos presentó la Secretaría de Salud”, remarca Quintanilla.