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Subsidios al transporte: ¿federalismo o centralismo?
La empresa metalúrgica Allocco reabriría sus puertas en la segunda quincena de abril si se cumple el plan presentado ayer a los trabajadores por el juez que decretó la quiebra de la firma, Marcelo Bergia. Si se cumplen una serie de condiciones, fundamentalmente laborales y financieras, la fábrica de Villa Gobernador Gálvez podrá volver a operar luego de una inactividad de más de un año. Bajo la administración de la Sindicatura, arrancarán vendiendo respuestos y servicios, con el objetivo de levantar el negocio mientras buscan un comprador. Será un proceso que demandará no menos de dos años.
Frente a un centenar de trabajadores reunidos en el Colegio de Martilleros de Rosario, el juez Bergia presentó el plan y las condiciones de la continuidad de la empresa cuya quiebra dictó a mitad de febrero. La pata laboral de la estrategia es que los obreros comenzarán a trabajar con una jornada de 6 horas, en lugar de las 9 que cumplían antes de la caída provocada por el grupo Markous, y resignarán por cuatro meses un plus de 45 por ciento que cobraban por convenio. Pasado ese tiempo, ese ítem se cobraría en la medida en que la empresa empiece a generar ganancias mensuales.
Los trabajadores también resignarían el cobro mensual de la antigüedad, que pasaría a integrar como una acreencia la masa de la quiebra. El juez explicó que no hay acreedores que tengan más privilegios que los empleados, de modo que estimó que son altas las chances de cobro.
El combo propuesto implica una reducción salarial, que según los referentes de los trabajadores, en algunos casos llegan a un 75 por ciento respecto de los salarios que cobraban cuando la firma funcionaba normalmente. Pero la idea es que en la medida que se recupere la actividad, también se recuperen las horas trabajadas y el plus convencional. En caso de venta, la relación laboral con el nuevo dueño ya será sujeta a otra negociación. En el proceso que se iniciaría en abril, la administración de la empresa respetará las categorías y los aumentos que los gremios de actividad (UOM y Asimra) pacten en paritarias.
Se estima que unas 90 personas integrarán el plantel de "Allocco en quiebra". Esta cifra significa que habrá bajas respecto del plantel actual, que excede en algo el centenar, aunque ya hay empleados que anticiparon su decisión de irse, básicamente por estar cerca de la jubilación.
Los empleados tendrán hasta el viernes próximo para manifestar su aceptación por escrito y luego se requiere la homologación del acuerdo por el Ministerio de Trabajo de la provincia.
La pata "financiera" del plan no implica un desafío menor. Allocco reclama una a la Aduana una deuda de 600 mil dólares por reintegro. Hay confianza en el Juzgado respecto de que buena parte de esos fondos, previa "auditoría" del organismo sobre las facturas presentadas, sea cancelado. Esos recursos, si son los que se esperan, servirían para apalancar el arranque de la compañía.
Allocco fue hasta 2007 una de las dos grandes proveedoras mundiales de máquinas para la industria aceitera. Ese año fue adquirida por su competidora, Desmet Ballestra. Se inició un proceso de vaciamiento que se completó cuando quedó al frente un grupo empresario conducido por Fernando Markous. En 2012 entró en concurso preventivo.
La lucha de sus trabajadores, que en soledad mantuvieron las instalaciones y reclamaron ante autoridades nacionales y provinciales, permitió darle esperanza de vida a la empresa. Un estudio elaborado a pedido del Juzgado determinó que el proceso de reinicio de las operaciones se orientará al mercado que representaba el 14 por ciento de la facturación de la firma: la venta de respuestas y el servicio de mantenimiento en el mercado interno. El 70 por ciento del negocio, en las mejores épocas de equipos al exterior. El futuro dirá si se puede volver a ese nivel.
Fuente: La Capital