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21:34:52 02/03/2021

Los padres se movilizan para exigir la vuelta total a las clases presenciales

Con carteles reclamando la presencialidad de las clases, pero sobre todo exigiendo por tercera vez una audiencia con la ministra de Educación de la provincia, Adriana Cantero, los padres de alumnos de diferentes escuelas, tanto de gestión pública como de gestión privada, se congregaron ante la puerta de la sede local de la cartera educativa. "Audiencia o renuncia" se leía como forma de expresar la necesidad de padres y madres de que el gobierno provincial abra el diálogo y conforme una mesa participativa para debatir cómo se pondrá en marcha y se desarrollará el ciclo lectivo 2021, que ya comenzó en más de una decena de provincias, pero no en Santa Fe. "Lo que vemos son marchas y contramarchas y falta absoluta de planificación", dijo Alejandra, madre de alumnos del Colegio Madre Cabrini.

El planteo que los padres vienen haciendo, y que de hecho ya habían dejado por escrito en dos oportunidades y sumaron una tercera esta semana, contempla la situación tanto de escuelas oficiales gestionadas por el Estado como la de gestión privada. De hecho, la manifestación reunió a madres y padres de colegios como Maristas, Madre Cabrini y Nuestra Señora de la Guardia, además de escuelas como el Complejo Educativo Gurruchaga, Pestalozzi e incluso colegios pre universitarios dependientes de la Universidad Nacional de Rosario, como el Politécnico, que también se movilizarán este miércoles con un "taburetazo".

Además de dejar en claro el pedido de audiencia, los padres expresaron su desacuerdo con la modalidad de presencialidad alternada cada 15 días que definió Santa Fe. "Hay cambios constantes, van y vienen con la fechas, no hay una planificación coherente y lo que estamos viendo es que en cada una de las escuelas los directores hacen lo que pueden y toman decisiones de acuerdo a las condiciones que tiene cada establecimiento", dijo Alejandra.

La mamá, con dos hijos en el Madre Cabrini, señaló que "muchas escuelas públicas, sobre todo en los sectores más desprotegidos, no tienen siquiera condiciones para iniciar las clases y conectividad. Los padres no pueden ayudar y son chicos que en este momento están saliendo a trabajar en la calle para poder llevar alimentos a sus casas".

A esa problemática y la del abandono escolar que se dio en 2020, las madres sumaron la situación de sus propios hijos. "Nadie puede pensar que la salud de nuestros chicos no se ve afectada por esta falta de planificación, la alternancia del ritmo de actividades y cambios de hábitos que afectan los ritmos biológicos, generan desgano y cambios hormonales", señalaron.

La principal demanda de los padres fue la apertura de "una mesa de diálogo donde los padres y las madres sean escuchados" y pusieron en cuestión las diferencias territoriales de cada una de las localidades de la provincia.

"No puede ser que una ciudad chica y sin casos tenga idénticas medidas a las de Rosario", señalaron y dejaron en claro que "la provincia no tuvo en cuenta esas diferencias a la hora de tomar decisiones".

Mientras tanto, el grupo "Padres comprometidos por la educación de nuestros hijos" convocó para el jueves, a las 19, a un “taburetazo” frente al Instituto Superior Politécnico General San Martín, ubicado en avenida Pellegrini y Ayacucho, para exigir el regreso a las clases presenciales.

María Ayelén Pagán, una de las organizadoras de la manifestación, afirmó que la iniciativa de realizar el “taburetazo” surgió de un grupo de padres autoconvocados “debido al malestar” que sentían por cómo se desarrolló el dictado de clases durante el año pasado, “y la gran preocupación que hay de cara al próximo ciclo lectivo”.

La manifestación se denomina así por el banco de madera que, tradicionalmente, los alumnos de primer año confeccionan como parte de las actividades del taller de carpintería. Ese asiento, con el correr de los años, se transformó en uno de los símbolos que los estudiantes incorporan en su paso por la institución.

Pagán remarcó: “Hoy por hoy, tenemos más incertidumbre que certezas de cómo se van a dar clases en las escuelas que dependen de la Universidad Nacional de Rosario, fundamentalmente en el caso del Politécnico”.

“El examen de ingreso fue la primera batalla que tuvimos que dar. Esa prueba no se tomó cuando se tenía que tomar, en noviembre o eventualmente en diciembre, a pesar de que las condiciones epidemiológicas lo permitían. Ese problema condenó a los chicos y chicas, que venían preparándose desde hacía meses”, expresó Pagán.

“El reclamo del jueves atañe también a los chicos que ya son alumnos de la institución. El Politécnico es una escuela con una fuerte carga de taller y de laboratorios que no hay maneras de suplir de manera virtual. Es necesario que los alumnos concurran y tengan clases presenciales. En el caso del Poli, tiene una gran ventaja porque los salones son amplios, con buena ventilación. Es decir, reúne las instalaciones acordes para la vuelta a clases”, agregó.

Asimismo, sostuvo que el dictado de clases el año pasado fue "caótico". "El Politécnico no se adaptó. El dictado de cada curso dependía de la iniciativa de cada docente. En algunos casos, los docentes cubrieron las horas cátedra y acompañaron a los alumnos de una forma espectacular. Sin embargo, esto ocurrió en la tercera parte de las asignaturas. De doce o trece materias, dos o tres docentes dictaron clases en forma virtual regularmente”, concluyó.