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Subsidios al transporte: ¿federalismo o centralismo?
De 33 homicidios dolosos cometidos en el departamento Rosario desde el pasado 10 de febrero, cuando comenzó a regir el nuevo sistema penal, 13 fueron perpetrados desde una moto ocupada por dos personas. Cada vez más habitual, esta modalidad preocupa a los fiscales que desde hace poco más de un mes están a cargo de las investigaciones, al punto que advierten sobre la necesidad de tomar medidas que contemplen restricciones; incluso la de prohibir la circulación de estos rodados con dos ocupantes.
En este sentido, los miembros de la Unidad Fiscal Especial de Homicidios alegan que medidas de ese tipo obtuvieron resultados rápidos en otras ciudades donde se aplicaron y presumen que, si bien no terminarían con la creciente problemática de la violencia y los crímenes que trae aparejada, al menos permitiría poner coto a una modalidad creciente. "Sería una forma de bajarle la temperatura a un enfermo con más de 40 grados de fiebre antes de operarlo", tal como describió uno de ellos.
La advertencia se articula con otra que ya no es novedad, pero no deja de ser preocupante, especialmente si se tiene en cuenta que ya no produce siquiera sorpresa: de los 33 crímenes ocurridos entre el 10 de febrero y el 10 de marzo, 26 se perpetraron con armas de fuego obtenidas en la inmensa mayoría de los casos en el mercado ilegal.
Víctimas y victimarios. En la última década las motos se convirtieron en vehículos cada vez más accesibles para miles de personas. Y mientras las calles se llenaban de ciclomotores también fueron en aumento los delitos vinculados con ellos, especialmente la sustracción para desguace y reciclado.
En este marco uno de los tópicos que más creció en cuanto a los homicidios en ocasión de robo tiene que ver, precisamente, con la sustracción de motos. Incluso, entre las novedades que ofrece este panorama, en lo que va de 2014 no sólo mueren víctimas de estos atracos sino también ya hubo varios casos de ladrones que mueren a bordo de la moto que acababan de robar.
Asimismo, también desde hace un tiempo se han generalizado los robos perpetrados por motociclistas y, un poco más reciente, puede verse un aumento de los casos de homicidios ejecutados desde estos rodados. En una inmensa mayoría, se trata de hechos cometidos por dos —y a veces más— personas.
Práctica. "Acá el fenómeno es más reciente, pero en otros países como Colombia las motos se empezaron a utilizar hace unos 20 años para cometer delitos porque son una herramienta práctica, ágil para transitar, se puede meter en cualquier lugar y asegura la posibilidad de escapar más rápidamente que en otros vehículos", sostuvo el fiscal Ademar Bianchini, y circunscribió la modalidad a los hechos en los que "uno conduce y el que va atrás roba o mata, según cual sea el propósito".
Pero además, coinciden los fiscales, ejecutar un crimen desde una moto en movimiento y usando casco aumenta las posibilidades de que ese crimen quede impune ya que, además de escapar rápidamente, el homicida tiene a su favor el hecho de que los eventuales testigos no lo puedan identificar.
La proliferación de delitos vinculados con las motos tiene una historia. "Antes se daban robos calificados con dos ladrones a pie que iban armados con armas de fuego o cuchillos. Ahora es más común que se desplacen en moto, porque la compran robada o legalmente, ya que son más accesibles que antes", explicó el fiscal Miguel Moreno, y recordó que las primeras motos que aparecieron vinculadas con delitos eran de segunda mano, ya que en el mercado sólo había rodados de marca y eran más costosos.
Esta evolución, para los fiscales, también se ve en otro aspecto de la criminalidad como las armas de fuego. "Diez años atrás —agregó Moreno— la presencia de armas de fuego en hechos contra la propiedad era escasa, pero se fue incrementando exponencialmente. Hoy casi todos los robos calificados, excepto los escruches, son con armas de fuego. Y ese aumento también se montó sobre la moto, porque es un vehículo que permite escapar más rápido y mejor".
Antipática. Habida cuenta del aumento de delitos que combinan motos con armas de fuego, los fiscales creen que es tiempo de tomar medidas en ese sentido. Al respecto, teniendo en cuenta que no se trata de algo nuevo ni exclusivo, apelaron a normas implementadas tiempo atrás en grandes ciudades colombianas como Medellín, Cali y Bogotá donde se prohibió a los acompañantes en las motos, o se los restringió en determinados lugares u horarios.
Incluso en algunos lugares se implementaron pecheras con las patentes de las motos, o que éstas figuraran en los cascos. Y además hubo casos en los que se llegó a prohibir el uso del casco.
"Son medidas coyunturales que demostraron eficacia a corto plazo", señaló Bianchini, y agregó que "en Colombia ya se sabe que esto funcionó: al poco tiempo de implementarlo hubo sitios donde las salideras bancarias bajaron a la mitad y las ejecuciones por sicarios se redujeron un 70%”.
“No es potestad nuestra proponer medidas como estas. Entendemos que la seguridad se construye con políticas que no necesariamente tienen que ver con la criminología. Actividades para los jóvenes que impliquen una alternativa a no hacer nada en la calle, programas de capacitación laboral, la recuperación del espacio público, pero son medidas de mediano y largo plazo”, acotó Moreno, para quien estas restricciones serían “como bajar la temperatura de un enfermo antes de operarlo”.
De a dos. Pero si dos personas están dispuestas a subirse a una moto para ir matar a alguien, ¿por qué creer que una ordenanza que les impida circular los haría cambiar de opinión? “Sería más fácil detectarlos, porque habría menos motos con dos ocupantes”, respondió Moreno, que entiende que además una medida como esa debería traer aparejada una disminución en los robos a mano armada de motos que, en su mayoría, son perpetradas por dúos en dos ruedas.
El fiscal Adrián Spelta aclaró que estas ideas no son un planteo formal ni un pedido, sino “una opinión en base a los datos y estadísticas” que manejan. “Sabemos que esto es poco redituable en términos políticos —acotó Moreno— porque son medidas antipáticas. Pero en este tema se juegan cuestiones directamente relacionadas con la vida, así que esto no sería más que una medida extrema para una situación extrema. Y no debería estar aislada, incluso si resultara exitosa, de políticas que hacen a la seguridad y no tienen que ver con la criminología ni con las leyes que establecen las penas ante los delitos”.
2.300 unidades secuestradas
Desde el 8 de enero pasado la Secretaría de Control de la Municipalidad de Rosario, a cargo de Pablo Seghezzo, secuestró casi 2.300 motos. Lo motivos principales se relacionan con falta de documentación, falta de patente y no uso de casco de sus ocupantes. El accionar fue decidido para mejorar la seguridad vial (7 cada diez accidentes que atiende el Sies se relacionan con uso de motos) pero también por la incidencia de robos cometidos desde rodados.
Fuente: La Capital