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Subsidios al transporte: ¿federalismo o centralismo?
El costo de la canasta básica alimentaria registró en mayo un incremento del 4,8 por ciento, mientras que los productos que integran la canasta básica total avanzaron 3,2 por ciento respecto a abril, informó el Instituto Nacional de Estadística y Censos.
De esta forma, una familia tipo, compuesta por dos personas adultas y dos niños, necesitó en mayo percibir un ingreso de $18.833,55 para abonar bienes y servicios que integran la canasta básica total y de esta manera no caer por debajo de la línea de la pobreza.
En el caso de la canasta básica alimentaria, ese mismo grupo familiar requirió percibir ingresos por $7.473 para no caer por debajo de la línea de indigencia.
En base a estos guarismos, la canasta básica total aumentó 3,2 por ciento durante mayo y acumuló una suba del 12,9 por ciento desde que comenzó el año, y 28,4 por ciento en los últimos doce meses.
En tanto, la canasta básica alimentaria registró un aumento mensual del 4,8 por ciento, mientras que en lo que va del año avanzó 12,5 por ciento y 24,9 por ciento en relación a mayo del año pasado.
La última medición correspondiente al segundo semestre arrojó que el 25,7 por ciento de los habitantes eran pobres, y entre ellos 4,6 por ciento eran indigentes.
Índice de precios
Las variaciones de ambas canastas se encuentran por encima del Índice de Precios al Consumidor Nacional, que en mayo pasado mostró una variación mensual del 2,1 por ciento, del 11,9 por ciento para los primeros cinco meses y del 26,3 por ciento en la variación interanual de los últimos doce meses.
En Santa Fe, el Ipec informó una inflación de 2,7 por ciento en mayo, de 12,8 por ciento en lo que va de 2018 y de 26,4 por ciento en un año.
Expectativas por las nubes
El futuro no luce mejor. Las expectativas de inflación de los consumidores subieron 2,5 puntos porcentuales en junio, al 35,8 por ciento, para los próximos doce meses. Así lo indicó el Centro de Investigación en Finanzas (CIF) de la Escuela de Negocios de la Universidad Torcuato Di Tella al revelar los resultados de la Encuesta de Expectativas de Inflación (EI) correspondientes a junio de 2018. Estos registros se dieron después de que en mayo el peso acumulara una caída del 22 por ciento respecto del dólar estadounidense en medio de una crisis cambiaria por la que el gobierno decidió pedir un auxilio financiero al Fondo Monetario Internacional (FMI).
El panorama es más desalentador para los consumidores que residen en el Gran Buenos Aires, donde esperan una inflación del 38,6 por ciento para los próximos doce meses.
Considerando el promedio, la expectativa se incrementa, respecto del mes anterior, 1,6 punto porcentual para los sectores de mayores ingresos, marcando 32,8 por ciento.
Y sube 3,5 puntos porcentuales para los sectores de menores ingresos, marcando 36,1 por ciento en el mismo período.
Estos resultados se desprenden de un relevamiento realizado por Poliarquía Consultores en la Capital Federal, el Gran Buenos Aires y ciudades como Córdoba, Rosario y Mendoza, entre otras.