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19:42:31 02/08/2017

Convalidan adopción de un chico cuya madre lo había entregado al cuidado de una pareja

La Justicia rosarina convalidó la adopción plena de un chico de 3 años cuya mamá biológica le había confiado el cuidado a una pareja desde que tenía 15 días de vida. El juez de Familia Nº 5, Marcelo Molina, quien declaró inconstitucional tres artículos del Código Civil y comercial, afirmó que "fue muy importante la reacción del pequeño cuando su padre adoptivo ingresó a la sala de audiencia".

El cuidado del bebé les fue confiado por la mamá biológica ante funcionarios del hospital donde nació y contó con el aval de la Dirección Provincial de Niñez.
El juez del Tribunal de Familia Nº 5, Marcelo Molina, consideró probado que se trataba de una relación de amistad y vecindad entre los padres biológicos y la pareja de convivientes y que la guarda del niño les fue dada en función de esa relación de confianza.
Si bien el nuevo Código Civil y Comercial prohíbe las entregas directas como así también considerar las guardas de hecho, judiciales o administrativas, el juez remarcó que esta guarda fue anterior a la vigencia del Código y que no hubo ilícito alguno.
Principalmente, corroboró la existencia de un sólido vínculo del niño con la pareja conviviente y los padres biológicos prestaron su conformidad. Para dictar el fallo el juez declaró la inconstitucionalidad de tres artículos del Código Civil y Comercial.
El magistrado describió la singular escena que se vivió en la audiencia que se hizo en su juzgado. "El padre adoptivo estaba esperando afuera. El nene, que tiene 3 años, estaba sentado sobre la falda de su madre. Estaba en silencio, por ahí mascullaba alguna palabrita propia de juego, como si estuviese ajeno a lo que estaba pasando a su alrededor", recordó Molina.

 

"En un momento le pregunté a la mujer por su pareja y ella respondió: está acá, en la puerta. Entonces le pedí que pase. Cuando este muchacho abrió la puerta, el nene se dio vuelta y le dijo, espontáneamente, "papá". Les faltaba una pelota para que se pusieran a jugar", describió Molina, quien agregó: "Observar estos comportamientos o reacciones de los chicos son ineludibles para un juez de familia".