Finalmente se confirmó que en Ecuador habrá segunda vuelta. Lo hizo el propio presidente y jefe del oficialismo, Rafael Correa. Ahora, las perspectivas no son buenas para el delfín presidencial, el candidato Lenin Moreno. Su adversario en el lejano ballottage del 2 de abril, Guillermo Lasso, parece tener grandes chances de desbancar del poder al continuador del "correísmo". Se cerraría así un ciclo de 10 años de poder.

El presidente Rafael Correa, admitió finalmente que habrá una segunda vuelta electoral entre Moreno y Lasso. "Nos quedamos a medio punto de ganar en una sola vuelta, pero bueno, vamos a la segunda vuelta y los derrotaremos el 2 de abril", declaró el gobernante, quien destacó que la diferencia a favor de Moreno sería de "un millón de votos". En diálogo con corresponsales extranjeros, Correa además de admitir que habrá segunda vuelta, no pudo con su genio conspirativo: denunció que sospecha de "infiltrados" en el órgano oficial, el Consejo Nacional Electoral (CNE), quienes habrían introducido datos incorrectos al inicio del conteo para dar ventaja a Lasso y así "se estaba armando el fraude". Como siempre, Correa no dio más datos de esta presunta irregularidad. Quienes venían denunciando peligro de fraude hasta ahora eran los opositores, luego de que en la madrugada del lunes se suspendiera el escrutinio cuando superaba el 80 por ciento, por presuntas irregularidades en las actas.

El hecho es que ante el escenario de segunda vuelta entre Lasso y Moreno, Correa anticipó que el candidato oficialista a pesar de "la arremetida" de la derecha "del mundo", logrará el triunfo, y que el rival Lasso "es el candidato más fácil de ganar". Pero la bravata del presidente, habituado a maltratar a la prensa de un modo inadmisible en otras latitudes, estaría escondiendo su nerviosismo y el del oficialismo. Correa advirtió que si la oposición llegara a ocupar la Presidencia, tiene previsto entregar toda la información de proyectos al nuevo gobierno, aunque comentó que esa posibilidad no ocurrirá porque Lasso "es lo peor que le puede pasar al país". Luego Correa tuiteó que "si alguien debiera hablar de fraude, debería ser Alianza País", la formación oficialista, ya que los sondeos a boca de urna "salvo uno nos daban desde 40,6 por ciento hasta 46 por ciento de votos".

En tanto, el escrutinio llegó casi al término con el conteo del 98,84 por ciento de las actas, otorgando a Lenin Moreno el 39,33 por ciento y a Guillermo Lasso, el 28,16 por ciento. Pero lo que no dijo Correa, ni tampoco Moreno, es que el opositor va a actuar como un imán del voto contra Correa, muy extendido pero poco orgánico. De hecho, la crítica más extendida es que la oposición concurrió muy dividida. Pero ya la noche del domingo la tercera en la competencia, Cinthya Viteri, con 16 por ciento de votos, declaró que llamará a votar por Lasso. Se estima que muchos otros votos que se fragmentaron en la primera vuelta también optarán por Lasso, ante el cansancio que provoca la confrontativa figura de Correa, sumada a una economía que está en caída.

Antes que Correa, el martes a la noche, el presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE), Juan Pablo Pozo, había admitido que ya no era posible un cambio de tendencia en el escrutinio final de los votos, que llegaba en ese momento al 94,6 por ciento. De todas formas, Pozo había reiterado que "el órgano electoral esperará a que finalice el recuento para dar resultados oficiales".