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22:46:21 07/06/2016

Por el consumo de drogas, el ausentismo laboral alcanza al 30 % los días lunes

Los efectos de los excesos en el consumo de drogas, legales e ilegales, impactan en el ámbito laboral, especialmente los días lunes. Tal es así que el ausentismo es de entre un 20 y un 30 % los días lunes, luego de un feriado o el posterior al día de cobro, según estudios de la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico. Las drogas detectadas con más frecuencia son alcohol, marihuana, cocaína y psicofármacos.

Así lo afirmó la directora de Prevención del Impacto de Drogas en el Ámbito Laboral del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social de la Nación, Lucía García Blanco, quien advirtió que las empresas privadas manejan las mismas cifras. La especialista estuvo en la ciudad de Santa Fe para disertar en las jornadas “Trabajo Decente, Salud y Seguridad Laboral: El consumo problemático de sustancias y su impacto en el trabajo”, organizadas por el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social de la provincia, la Municipalidad y la Asociación Sindical de Obreros y Empleados Municipales de Santa Fe (Asoem). 

El porcentaje indicado por García Blanco corresponde a estudios realizados por el observatorio del Sedronar y otros estudios particulares desagregados en el ámbito público. Los últimos datos son de 2014. 

“Esos momentos implican una oportunidad especial para que las personas consuman más en su ámbito particular y se repliquen los efectos en el trabajo”, precisó la directora. 

Problema social

—¿Es la única consecuencia que se registra?

—No. El ausentismo se puede medir en números y resulta impactante. Pero también se nota cuando la persona llega a trabajar en condiciones en las que puede generar accidentes, baja la productividad, hay defectos en la productividad y requiere con frecuencia una consulta al servicio médico. Los lunes hay más pedido de médico laboral a domicilio.

—¿Cuándo comenzaron las investigaciones sobre el tema y qué las motivó?

—Empezamos a trabajar en 2008. En ese momento había pedidos de intervención sobre todo de grandes sindicatos, vinculados a conductas que tenían como indicio que había consumo de sustancias. Entonces empezamos a ver cómo podía afectar esto en el ámbito laboral. No se sabía bien cómo pasaba ni a dónde. Pero si bien hay consumo en el lugar de trabajo, lo que más impacta es el consumo que se hace afuera y los efectos posteriores, en cómo se desempeña en ese lugar.

—¿Qué medidas se pueden aplicar desde las distintas gestiones para atender el problema?

—El problema no es laboral, es social. Siempre aparecen noticias sobre cómo aumenta el consumo o cómo baja la edad en que se inicia, o cuánta más bebidas o psicofármacos se venden. Si la población consume ¿cómo no se va a evidenciar en el ámbito en que una persona se desempeña? Hacen falta políticas públicas que se prolonguen en el tiempo y que enfoquen el problema como lo que es. La OMS dice que es un problema social complejo, no laboral. Entonces hay que revisar un montón de pautas sociales y cómo se pueden revertir para que el problema aminore. No va a desaparecer. Pero hay que hacer entender que el consumo afecta la salud y que hay que aprender a manejarlos.

 

Fuente: El Litoral