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22:53:20 12/05/2016

La Iglesia advirtió sobre los desencuentros, la corrupción y la plaga del narcotráfico

La Iglesia advirtió que los desencuentros, la corrupción generalizada, el narcotráfico y el descuido del medio ambiente son los grandes “males” argentinos, por lo que exhortó al diálogo y a la búsqueda de consensos para proyectar “entre todos” un país más inclusivo y sin familias fuera del sistema laboral.

 

La Conferencia Episcopal Argentina presentó el mensaje “Bicentenario de la Independencia. Tiempo para el encuentro fraterno de los argentinos”, en el que llama a “estimular el diálogo” desde el hecho histórico de los 200 años del proceso independentista que dio origen a la Nación, e interpela a los argentinos “a pensar juntos qué país queremos ser”.

 

“El ideal de vivir la Argentina como una gran familia, donde la fraternidad, la solidaridad y el bien común incluyan a todos, está muy lejos de haberse alcanzado. La independencia y libertad proclamadas hace dos siglos, no siempre se tradujo en tiempo de paz y progreso para todos”, aseveró.

 

“Provincias sin recursos y familias pobres sin casa, con muchos argentinos al borde o fuera del sistema laboral, no reflejan las aspiraciones federales de los congresales en Tucumán”, sostuvo en el documento.

 

Los obispos alertaron sobre una “crisis de representatividad en la clase política, unida al fenómeno creciente de la corrupción y a la subordinación de la política a la economía”, y aseguraron que “el principal de nuestros males es el desencuentro que no nos deja reconocernos como hermanos, a lo que le sigue la corrupción generalizada, la plaga del narcotráfico y el descuido del medio ambiente”.

 

“Estos son algunos ejemplos que muestran que la gran familia de los argentinos está en riesgo y que la casa que compartimos puede resquebrajarse”, afirmaron.

 

En el mensaje por el Bicentenario, compuesto por una introducción y cinco capítulo, la Iglesia enumeró siete temas vinculados a la realidad política, económica y social del país, la Iglesia hizo hincapié en la necesidad de más y mejor educación para todos, exigió una mayor participación ciudadana, consideró necesario fomentar un “verdadero” federalismo, pidió que se promueva las economías regionales, reivindicó los reclamos de los pueblos originarios e instó a recrear la conciencia del bien común.

 

“No hay plena democracia sin inclusión e integración. Esta es una responsabilidad de todos, en especial de los dirigentes”, subrayó y destacó la contribución que hoy hacen “organización social con mucho dinamismo y que abren a la esperanza: asociaciones vecinales, entidades sin fines de lucro, las ONG, redes comunitarias, etc”.

 

“La integración hace a la persona protagonista desde su propia dignidad e implica el derecho al trabajo, la propiedad de la tierra y un techo habitable. Esto está muy lejos de un protagonismo economicista devastador, que impone sin ninguna ética su dominio absoluto”, cuestionó.

 

La Iglesia estimó necesario también “crear nuevas formas de actividad empresarial que, mientras fomentan el desarrollo de tecnologías avanzadas, sean también capaces de utilizarlas para crear trabajo digno para todos, sostener y consolidar los derechos sociales y proteger el medio ambiente”.

 

Los obispos coincidieron en afirmar que el país, como “casa común” de los argentinos, debe ser “lugar de encuentro, de diálogo y de búsqueda del bien común, es un símbolo de lo que queremos ser como Nación”.