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20:15:12 11/03/2016

Una sucesión de argucias legales facilitaron la libertad del asesino del suboficial Mansilla

El asesinato del suboficial Mauro Mansilla, quien fue ultimado de un balazo en la cabeza cuando cumplía su deber, causó congoja e indignación por la frialdad con que fue ejecutado por un delincuente con frondoso prontuario que, tal como admitió la jueza Luciana Prunotto, se hallaba prófugo desde 2015 cuando se lo benefició con salidas transitorias.

Este viernes  el autor del disparo que terminó con la vida de Mansilla, un policía muy querido por sus familiares, amigos, vecinos, pero sobre todo por sus compañeros en la fuerza, se entregó en la Unidad Penitenciaria 3. Se trata de Ricardo Albertengo, de 48 años, quien se hizo en conocido cuando protagonizó un sangriento asalto con toma de rehenes en 1998.

En esa ocasión, Albertengo perpetró un sangriento asalto al bar La Granja, que terminó con un joven muerto de un balazo en la cabeza. Dos años más tarde fue condenado a 17 años de cárcel por robo calificado, privación ilegal de la libertad y homicidio. Al declararse culpable de otros siete robos a mano armada, se lo condenó a 20 años de prisión en un juicio abreviado.

Como cometió los asaltos cuando ya contaba con la otra pena y tenía salidas laborales, por reincidencia se le unificaron las sentencias y recibió un total de 37 años de prisión. Le envió una carta al presidente de la Corte Suprema de Justicia de Santa Fe, Rafael Gutiérrez, para solicitar que se declare inconstitucional la pena aplicada, ya que el máximo punible en causas de delito de lesa humanidad es de 25 años de cárcel

Como la Corte archivó el recurso de revisión solicitado por la defensa, el defensor general, Gabriel Ganón, presentó ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos un recurso para que se revea la sentencia de Albertengo. Lo cierto es que el ministro de Gobierno provincial, Carlos Carranza, benefició a Albertengo con una conmutación de penas el 18 de julio de 2003, que le redujo la condena a 19 años y dos meses.

Y después la jueza de Ejecución Penal, Luciana Prunotto, le dio un sistema de salidas transitorias que incumplió en julio pasado y desde entonces se econtraba prófugo. El martes pasado, acorralado por el suboficial Mansilla volvió a matar.