El sacerdote Fabián Belay lleva adelante la Fundación Padre Misericordioso en Nuevo Alberdi que recibió el aporte del estado provincial para la compra del terreno donde se asiste a personas con problemas de adicciones y la ampliación del mismo.    En declaraciones a La Ocho, Belay se refirió a los 4,5 millones de pesos que el gobernador Miguel Lifschitz acordó entregar al arzobispo Eduardo Martin. "Estamos funcionando en un predio que tiene dos hectáreas y ahora esta alquilado, a partir de este subsidio que nos da el Estado provincial nos permite comprar el predio y comenzar a construir para aumentar el número de personas que podemos alojar en la casa. Esto nos abre un abanico para poder seguir creciendo y que no solo se reciban personas de Rosario sino también de la provincia".   "Nosotros como Iglesia pensamos que es importante el trabajo en redes, sobre todo en el tema de las adicciones que es importante articular entre el Estado con las instituciones intermedias. Para nosotros era imposible adquirir este predio que si se puede hacer con los recursos del Estado. Estamos gestionando el dinero para construir las viviendas donde se podrán atender a los futuros pacientes", agregó.   La capacidad máxima actual del centro de recuperación es de doce personas, y esperan en un año poder llegar a 30 para luego seguir creciendo.   Belay describió el trabajo que realizan "no es en serie, con pabellones, lo que hacemos es un trabajo personalizado, en lugares reducidos donde se pueda crear un ambiente de familia y contención, trabajamos con personas en situación de calle, que no tienen recursos económicos y viven en situación de vulnerabilidad muy profunda".   "Por eso se hace un trabajo interdisciplinario, para cada uno de los internados se tiene que planear una estrategia, un tratamiento específico para poder responder mejor a las necesidades que se presentan", explicó.   Respecto al incremento del consumo apuntó que cada vez se hace desde menor edad. "Hace muchos años que es un tema que va creciendo, lo que es muy interesante es lo de comenzar a trabajar en redes, este es un problema cultural, social, que hay que abordarlo desde la prevención, la asistencia, reinserción. Lo que vamos viendo es que no basta un solo dispositivo sino que hay que hacer un trabajo integral, que estamos intentando hacer", precisó.   "Uno de los grandes problemas hoy es el alcohol. Desde muy chicos los adolescentes están consumiendo grandes cantidades, y por el estado de ebriedad que tienen comienzan ingiriendo una sustancia, esa es una puerta de ingreso. En las clases sociales más bajas lamentablemente está tan naturalizado el consumo que las edades son de chicos muy chicos, desde los 9 o 10 años que comienza el consumo de droga en la población vulnerable", alertó.