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20:25:08 22/08/2015

Más querido que nunca: murió Daniel Rabinovich, figura entrañable de Les Luthiers

La última vez que pisó Rosario fue en mayo del año pasado, meses antes de que la enfermedad lo alejara de los escenarios. Fue para una presentación en el Metropolitano del nuevo espectáculo de Les Luthiers, “Viejos hazmerreíres”, una antología con los grandes éxitos del grupo.

   Varios años antes, había estado en la ciudad en julio de 2007 para despedir a su viejo amigo, Roberto Fontanarrosa. El zoom fotográfico lo captó aquel día (20 de julio) abatido por la tristeza, parado cerca, contemplando el cajón del Negro.

   Daniel Rabinovich supo ser, como Fontanarrosa, como su compañero ideal Marcos Mundstock, un artesano del humor. Murió a los 71 años y su partida tuvo repercusiones más allá de la Argentina. Conocida la noticia, el diario español El País de España colgó en su edición digital: “Murió Rabinovich: el mundo es hoy mucho menos alegre”.

   El rotativo español mencionó un detalle que volvió a unir a Rabinovich con Fontanarrosa: “Hoy llorarán su muerte algunos amigos de su alma como Joan Manuel Serrat, Jorge Valdano, Quino, el periodista colombiano Daniel Samper, el psiquiatra argentino Enrique Moreno”, apuntó el diario.

   Serrat, Quino, Rabinovich... seres a quienes tanto amor prodigó el Negro...

   Rabinovich, alias Neneco, fue uno de los integrantes más carismáticos y populares de Les Luthiers desde su creación en 1967, y su labor e ingenio junto a Mundstok potenciaban la creatividad musical del resto de los integrantes: Gerardo Masana, Jorge Maronna y Carlos Núñez Cortés, entre otros.

   Núñez Cortés definió bien la situación ayer entre lágrimas: “Perdimos al tipo, tal vez, más gracioso del grupo. Hay gente que dice que sus monólogos fueron fragmentos absolutamente maravillosos”...

   “Nos enseñó a reír muchísimo. Era un descendiente directo de Cantinflas. Un tipo que se trababa con las palabras y que era una delicia ver cómo intentaba salir, ante la presión de Marcos que lo apuraba”, recordó Núñez Cortés.

   Nacido el 18 de noviembre de 1943, casado con Susana y padre de dos hijos, Rabinovich falleció como consecuencia de problemas cardíacos.

   Lino Patalano, representante del grupo de humor para muchos más querido y reconocido en idioma español, confirmó el deceso del artista e informó que los restos de Rabinovich serían velados en el barrio porteño de Núñez.

   “Venía sufriendo desde hace mucho tiempo por esas dolencias cardíacas, pero a fin de año su estado se agravó”, dijo el manager al confirmar su muerte. Rabinovich debió abandonar las actuaciones del grupo a principios de año a raíz de su estado de salud y no pudo participar del espectáculo “Lutherapia” que el conjunto presentó en los últimos meses en Argentina, otros países de Latinoamérica y España.

   “Hacía dos años que prácticamente le decían que ya no iba a poder trabajar, pero él salía, se defendía, se reía, y el escenario le daba una vitalidad impresionante. Es un ejemplo a seguir por todos”, aseguró Patalano.

   En diciembre de 2012 Rabinovich sufrió un preinfarto mientras estaba de gira en Montevideo y debió someterse a un cateterismo en un sanatorio de la capital uruguaya. Desde aquel episodio en Uruguay la salud de Rabinovich comenzó a complicarse, aunque ninguno de sus compañeros en Les Luthiers se animó a hablar del retiro formal de uno de los fundadores del grupo.

   Rabinovich tocaba con talento la guitarra y el violín, y también los instrumentos informales creados por el grupo, entre ellos el “bass-pipe a vara”, el “calephone” o la “Gaita de Cámara”.

   Decía que en el grupo él era “cantante, payaso y actor”, pero que no escribía. “Las ideas son de los demás”, aseguraba.

   Su relación con la música comenzó en la infancia. En su biografía cuenta que su madre había estudiado piano, su padre cantaba y silbaba tangos, y que él estudió violín entre los 7 y los 13 años.

Luego siguió con la guitarra y en la adolescencia formó el grupo de folklore “Los Amanecidos”, antes de conocer a los cuatro amigos con los que fundaría Les Luthiers y se haría famoso en Argentina y en el resto de los países hispanohablantes.

   En esas clásicas puestas de humor inteligente de Les Luthiers, que hicieron a sus integrantes ganarse el amor de varias generaciones de argentinos, uno de los personajes más logrados de Rabinovich era Johan Sebastian Mastropiero. En 1977 estrenaron el espectáculo “Mastropiero que nunca”.

   “No escribía ni componía música, pero era el que al final, cuando había que ponerle la frutilla al postre, tenía un montón de frutillas”, lo despidió Patalano ayer.

   En la página web de Les Luthiers se detalla que el bisabuelo del artista “llegó a la Argentina desde Besarabia (hoy Moldavia), no había hecho el servicio militar porque era rabino, por lo cual compró el documento de un muerto -de apellido Rabinovich- para poder salir de su país”.

   Rabinovich se había graduado de escribano público en 1969 pero nunca ejerció la profesión, dado que prefirió dedicarse a hacer reír junto a los otros tres integrantes del cuarteto inicial de Les Luthiers.

   Según sus propias palabras, publicadas también en el sitio web del grupo, “me crié en el Palacio de los Patos, un complejo de viviendas ubicado en Ugarteche y Las Heras, en Buenos Aires, donde viví hasta los 18 años”.

   “Allí había varios folcloristas que me dejaban asistir a sus reuniones y fue donde por primera vez escuché cantar a voces y tocar la guitarra”, añadía.

   En su condición de actor participó en programas de televisión y tuvo apariciones en películas de producción nacional. Participó de los ciclos televisivos de humor “Peor es Nada”, conducido por Jorge Guinzburg y Horacio Fontova, “Juana y sus hermanas”, junto con Juana Molina en 1991, “La Argentina de Tato”, con Tato Bores en 1999, y en el unitario “La dueña” en 2012, que significó el regreso de Mirtha Legrand a la actuación luego de 46 años.

   Asimismo, incursionó en la actuación en las miniseries “Los gringos” (1984) y “La memoria” (1985), ambas dirigidas por David Stivel.

   Participó también en la telenovela colombiana “Leche”, dirigida por Víctor Mallarino, y en un episodio de la serie televisiva “Tiempo final” (2002), e hizo el papel de Néstor Craken en la serie “La familia potente” (2003).

   En cine, tuvo apariciones en “Espérame mucho” (1983), “Cine Negro” (2007), “¿Quién dice que es fácil?” (2007), “Mi primera boda” (2011), “Extraños en la noche” (2012) y “Papeles en el viento”, la película basado en la novela de Eduardo Sacheri que fue estrenada este año.

   Así como trabajó en televisión y cine, tuvo una incursión en la literatura. Pero lo suyo fue siempre el grupo humorístico, uno de esos casos excepcionales en el mundo del espectáculo que logran mantener la misma conformación a lo largo del tiempo.

   “Nos llevamos re-bien. Es verdad. Quizás sea porque ya somos cinco viejos chotos (con achaques), ¿no?”, bromeó en una entrevista con el diario “Clarín”.

   Autor de los libros “Cuentos en serio” (2003) y “El silencio del final, nuevos cuentos en serio” (2004), en una entrevista con el diario “La Nación” Rabinovich contó que un día comenzó a escribir sobre un divorcio de una pareja y le gustó mucho poder hacerles hacer a los personajes lo que él quería.

   “Yo no creo en Dios, pero era un poco como ser Dios. Me empezaron a llegar ideas y empecé a escribirlas, y a sentir el poder que yo veía en mis compañeros. Pero no me siento escritor. Me siento actor, payaso, músico a veces, pero escritor todavía no”, dijo Rabinovich, convencido de que pocas cosas o ninguna podía ser mejor en la vida que integrar Les Luthiers.