"No importan los números, lo que hay que hacer es erradicar la pobreza", dijo monseñor Eduardo Martín, el arzobispo de Rosario, quien se mostró de acuerdo con su par del Arzobispado de Santa Fe, José María Arancedo, que recalcó que "la pobreza en el país es del 25 por ciento".    Martín también señaló que el "desafío que tienen las autoridades es que haya trabajo digno para todos".    "El desafío que tienen las autoridades y toda la sociedad es que haya sobre todo condiciones de trabajo, porque la pobreza se supera si hay trabajo digno para todos, para que la persona gaste sus energías y reciba una retribución justa para poder mantener su familia, para poder tener su casa, y después poder progresar mínimamente", argumentó monseñor Martín.    Copnsultado sobre si estaba de acuerdo con el diagnóstico que hizo el arzobispo de Santa Fe, monseñor Jose María Arancedo, respecto de que la pobreza en el país es preocupante, sostuvo "claro que sí. Los obispos sacamos un documento en el año 2008 en el que proponíamos para la Argentina que el 2016 nos encontrara con la pobreza reducida a cero, una propuesta desde la iglesia para la sociedad y todas las autoridades, pero no logramos esos objetivos. Esperemos que en los próximos años se puedan dar estos verdaderos cambios, que no son cosas mágicas ni que se van a lograr de un día para el otro. Y para eso, el factor decisivo es que las personas puedan tener un trabajo digno".   El arzobispo de Rosario también relató que estuvo visitando una villa de emergencia hace unos días, "con gente sencilla, muchos de los cuales habían venido desde el interior, muchos desde Chaco. La iglesia tiene que llegar y más todavía a estos lugares, pero la transformación social y económica viene como consecuencia de un producto de factores, en que el primero tiene que ser crear políticas adecuadas para crear las condiciones para el trabajo. Después las personas tienen que trabajar, porque sino no hay trabajo no hay posibilidades de tener una vida digna tampoco".