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  • Coronavirus: el mundo en crisis

11:32:36 28/02/2015

Ahora también el arzobispo le pidió más seguridad a Lamberto

El ministro de Seguridad de la provincia recibió  el pedido que le faltaba. Hasta el arzobispo de Rosario le hizo un reclamo ante la creciente violencia y la falta de controles en el barrio Toba de la monja María Jordán. Monseñor Eduardo Martín aprovechó el encuentro entre ambos y fue directo: le trasladó la preocupación de la religiosa a quien, entre otras cosas, le robaron cinco veces en lo que va del año. Más tarde, ella misma se encargó de ampliar la cuestión al punto de señalar que la droga en el barrio sigue instalada y, según su visión, contribuye a que los ilícitos no se detengan. Es que allí, en la zona noroeste, la presencia de bandas, tiroteos y asaltos es moneda corriente.

Martín asistió al izamiento de la bandera frente al Monumento en el marco del día de la creación de la enseña nacional. En el lugar, además de Lamberto, estuvo el gobernador Antonio Bonfatti, quien también se hizo eco del reclamo.

La máxima autoridad eclesiástica rosarina expresó su preocupación por el aumento del delito en Rosario. "Siento gran dolor, es una situación que nos preocupa, que pone en riesgo la vida y, es muy difícil ponerle coto. Es como una guerra entre facciones en donde, a veces, cae gente que no tiene nada que ver. Esto es muy serio y las autoridades tendrán que tomar medidas con mayor seguridad y vigilancia. De hecho le estaba pidiendo y gestionando con el ministro (Lamberto) que haya más presencia policial en el barrio Toba, donde está la hermana Jordán. Evidentemente, con acciones disuasivas se podrían disminuir los hechos violentos", comenzó a relatar el prelado ante la prensa.

Y siguió explicando los sucesos en ese sector de la ciudad, como portavoz de la propia religiosa. Cuando se le preguntó si consideraba que se le estaba yendo de las manos la situación al gobierno provincial, Martín indicó: "Está ahí, no sé si son más o menos los casos que hace dos o tres años. Hoy Rosario está teniendo unas 200 víctimas de la violencia por año. No sé en qué medida, pero el tema del consumo de drogas tiene mucho que ver porque provoca una ruptura de cualquier tipo de límites".

Incluso, la ausencia del control que ejerció Gendarmería hasta el primer día de 2015 se coló como una de las necesidades que Jordán y el arzobispo reclaman. "Todos estamos en la misma, lo que yo diré es idéntico a lo que señalan las organizaciones que tratamos de dar mayor calidad de vida en las zonas más vulnerables", expresó la referente católica del barrio.

Solidaridad. Jordán lamentó que muchas veces la respuesta a la ayuda sea el "destrozo y el robo". Y siguió: "Para colmo se trata de lo que los mismos rosarinos solidarios proporcionan en pos de los más necesitados a través de tantas donaciones. Por eso nos da vergüenza esta situación".

En los pocos días que lleva el año, heladeras, seis computadoras, máquinas de coser y ventiladores fueron sustraídos de los espacios que generó la misión católica que encabeza la mujer. "La lista es demasiado larga", cuestionó antes de poner de manifiesto que "lo que se roba se vende luego por pocos pesos. Es la droga la que lleva a la gente a cometer estos hechos". Y habló de cómo impacta el narcotráfico en los vecinos: "Son las mismas personas que escuchan nuestra palabra y luego parecen desconocernos".

A la hora de referirse a los autores de los episodios, habló de familias que habitan en el sector. Jordán se mostró apenada por las pérdidas porque "permitían hacer distintas capacitaciones, como la alfabetización digital o en los talleres de costura, para que la gente no tenga que depender de la dádiva, de ese subsidio sin contraprestación que ha arruinado tanto", marcó sobre el asistencialismo del Estado.

Una obra inmensa. La Estación Misionera Franciscana María Madre de la Esperanza, cuya mentora es la monja nacida en Bolivia y que vive en Rosario desde hace 20 años, se ubica en Olivé 2582. Tiene tres comedores, jardín, dispensario, consultorio odontológico, peluquería y talleres para jóvenes, entre otros espacios. Realiza con especialistas prevención de drogadicción y prostitución. También rescata a niños y jóvenes de la drogadependencia.

Jordán está convencida de su compromiso social y de todo lo que puede lograr, pero confesó que "igualmente se necesita el apoyo del Estado con centros de contención y escuelas". Inclusive, "a través de la presencia de Gendarmería", dijo para luego preguntar "por qué se fueron" los agentes federales. Es que, según su visión, una vez que se retiraron, recrudecieron los robos.

Recuperación. Aun afligida, la misionera que fue declarada ciudadana ilustre de Rosario, se evidenció conforme por los resultados de su presencia en el barrio. "Hemos recuperado bastantes chicos de la droga y de los robos", pero volvió a entristecerse al expresar: "Cuando tuvimos un proyecto, que ahora lamentablemente no ha podido seguir por falta de apoyo, logramos instalar un vivero donde los mismos muchachos que antes nos robaban, después cultivaban y vendían sus plantines con muchas ganas".

Rumores sobre una partida

En medio de la novedad que representó el pedido por seguridad del arzobispo Martín a Lamberto, surgió la versión de que la religiosa María Jordán estaba pensando en regresar a Italia, donde vivió muchos años. La monja contestó sobre esta cuestión. “Ocurren tantas cosas en el barrio que uno se pregunta si ya cumplió una etapa”, dijo la misionera. Pero aclaró que “la respuesta está en el Santísimo”. “Hasta ahora sigo en Rosario”, cerró para no dar lugar a interpretaciones.