El padre Joaquín Nùñez, sacerdote a cargo de la parroquia de Bella Vista y de dos comedores donde se atiende a personas carenciadas denunció nuevamente la situación de inseguridad y violencia que se vive en la zona donde trabaja y aclarò que fue amenazado, baleado y que al denunciarlo lo combatieron a él mismo.

"Algo se contuvo, se redujo un poco los tiroteos, muertes y asaltos, sobre todo los primeros tiempos cuando atacaron los bunkers, eso tranquilizó un tiempo pero después se fueron ingeniando haciendo delivery a domicilio", dijo en LT3 el cura al referirse a la situación cuando Gendarmerìa actuaba en la ciudad.
 
"Hubo además un movimiento fuerte de control de motos pero se fueron readaptando al control de los gendarmes, pero se notó para bien. En estos días crecieron nuevamente los tiroteos. En menos de una semana hubo seis o siete muertos en la zona, en Bella Vista y para adelante por calle Brasil y Pasco, en Cabìn Nueve también...es sumamente alarmante lo que está pasando", se quejó el religioso.
El padre Joaquín afirmó que "se precisa una planificación en serio y a fondo que actúen y con eficacia, creo que eso está muy verde, el avance del robo, los tiroteos, las muertes, está muy avanzado, está rebasando el accionar del gobierno a ese nivel", precisó. 

"La mayor cantidad de muertes de los pibes es en los sectores periféricos, marginales, donde nos encontramos a los más pobres", especificó el párroco y agregó consternado sobre el papel policial que "se habla mucho que si miran para el costado...totalmente. Los pibes y los jóvenes y a mí también me amenazan...también me han baleado en mi rancho y en los pasillos donde trabajamos, lo he denunciado pero en vez de combatir a quien denunciaba me combatían a mí", relató visiblemente preocupado Joaquín Núñez, quien ya había planteado la problemática a las más altas autoridades del Vaticano.