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22:14:19 01/01/2015

Rousseff asumió su segundo mandato y prometió luchar contra la corrupción

La presidente de Brasil, Dilma Rousseff, prometió en su discurso de asunción investigar con rigor la corrupción en la estatal Petrobras y anunció medidas de ajuste para reactivar el crecimiento económico sin afectar los programas sociales para los más pobres.
 
“Vamos a investigar con rigor todo lo malo que ocurrió (en Petrobras) y fortalecerla cada vez más. Vamos principalmente a crear mecanismos que eviten que hechos como estos vuelvan a ocurrir”, dijo la mandataria tras prestar juramento ante el Congreso.
 
Rousseff, de 67 años, agregó que al mismo tiempo que promoverá sanciones contra los responsables de la enorme red de corrupción descubierta en la mayor empresa de Brasil, la protegerá “de depredadores internos y de sus enemigos externos”.
 
Petrobras, principal inversionista del país, está en el centro de una trama de corrupción que involucra a un cartel de las principales constructoras del país, que pagaban millonarios sobornos a cambio de contratos.
 
Treinta y nueve personas están siendo procesadas por la justicia, y varios políticos aliados del gobierno pueden correr la misma suerte. La policía estima que la red de corrupción movió unos 4.000 millones de dólares en la última década.
 
“Tenemos que saber investigar y saber castigar sin debilitar a Petrobras, ni disminuir su importancia para el presente y para el futuro. No podemos permitir que Petrobras sea blanco de un cerco especulativo de intereses”, expresó.
 
Rousseff, quien asumió para su segundo y último mandato consecutivo de cuatro años, fue más allá del caso de la petrolera y planteó un “gran pacto nacional contra la corrupción que implica a los grandes grupos de poder en el sector público y privado”.
 
En ese sentido, prometió enviar al Congreso en el primer semestre del año un paquete de cinco medidas para facilitar los procesos y aumentar las penas contra los corruptos.
 
“En su esencia, estas medidas tienen el objetivo de garantizar procesos y juicios más rápidos y penas más duras, pero jamás podrá agredir el amplio derecho de defensa”, anticipó.
 
Ajuste sin afectar logros sociales
 
Durante su discurso de 40 minutos, Rouseff anunció asimismo que aplicará medidas de ajuste económico para contrarrestar el débil crecimiento durante los cuatro años de su primer gobierno.
 
“Más que nadie sé que Brasil necesita volver a crecer, los primeros pasos de ese camino pasan por un ajuste en las cuentas públicas, un aumento en el ahorro interno, ampliación del crecimiento y elevación de la productividad de la economía”, sostuvo.
 
En ese sentido, agregó: “Haremos eso con el menor sacrificio posible para la población, en especial para los más necesitados”.
 
En los últimos cuatro años, la economía experimentó un franco deterioro al pasar de un crecimiento de 7,5% del PIB en 2010 a una previsión cercana a cero en 2014.
 
En 2011 la actividad creció 2,7%, en 2012 un 1% y en 2013 un 2,5%. Y para 2015 los mercados esperan un leve despegue del 0,5%, mientras la inflación cerró en noviembre 6,56%, encima del centro de la meta oficial del 4,5%.
 
“En este nuevo mandato vamos a crear, por medio de una acción firme y sobria en la economía, un ambiente todavía más favorable para los negocios, la actividad productiva, la inversión, la innovación, la competitividad y el crecimiento sustentable”, indicó.
 
Si bien el desempleo todavía está en sus mínimos históricos (4,8% en noviembre) y los programas sociales contra la pobreza y la desigualdad siguen dándole réditos políticos en un amplio sector de la población, Rousseff está obligada a dar un golpe de timón.
 
La mandataria envió la primera señal de los tiempos de austeridad que se vienen para Brasil al designar a un liberal ortodoxo, amigo de los mercados, como nuevo ministro de Economía.
 
El exbanquero Joaquim Levy estará al frente de un programa de ajuste orientado a poner las finanzas en orden, reducir gastos y recuperar la confianza de los mercados para atraer más inversiones.
 
Más allá de la corrupción y los problemas económicos, la presidenta aseguró en su discurso que la “gran prioridad” será la educación. “Solo la educación libera a un pueblo y abre las puertas para un futuro próspero”, dijo. “Me gustaría anunciar el nuevo lema de mi gobierno (...). Brasil, patria educadora”