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10:12:02 08/11/2014

Dura imputación al joven detenido por el asesinato del padre del "Pollo" Bassi

Pablo Ariel A., el muchacho de 22 años detenido la mañana del jueves en el barrio Las Flores, salió lagrimeando de la sala de audiencias en la cual el fiscal Florentino Malaponte lo acusó de ser uno de los asesinos de Luis Angel Bassi, el padre del joven detenido y procesado como instigador del homicidio de quien fuera líder de la banda de Los Monos, Claudio "Pájaro" Cantero. El pasado miércoles 22 de octubre Bassi recibió entre "diez y doce disparos" en la puerta de su remisería, ubicada en 20 de junio y Chile, en Villa Gobernador Gálvez. Malaponte acusó a "Diablito", uno de los apodos con los que identifican al joven los investigadores, por homicidio doblemente calificado por el acuerdo de dos o más personas y por alevosía, abuso de armas seguido de lesiones y portación ilegal de arma de fuego. De ser hallado culpable podría ser condenado a reclusión perpetua. La jueza Roxana Bernardelli, en tanto, le dictó prisión preventiva por 52 días mientras la policía busca a un supuesto cómplice del muchacho, quien está identificado y con orden de captura.

El jueves a media mañana Pablo Ariel A. fue detenido en el marco de cinco allanamientos simultáneos realizados en los barrios La Granada y Las Flores y ordenados por el juez Javier Beltramone. Entre los domicilios requisados estaban el de los dos principales sospechosos: "Diablito" y "Javito".

Así, en una casa de Rosa Silvestre al 2200 la Policía de Investigaciones (PDI) y la división Inteligencia Criminal, con el apoyo de la Sección Equipos Especiales de Gendarmería Nacional, apresó al primero de ellos. En el lugar, además, fueron incautadas tres notebooks, una tablet y varios celulares que serán peritados para determianr los contactos previos y posteriores al crimen que mantuvo el muchacho. Pero no apareció la pistola 9 milímetros usada para asesinar al padre del ex barra de Newell's Old Boys, Luis Orlando "Pollo" Bassi.

A quemarropas. El miércoles 22 de octubre a media mañana, Luis Angel Bassi tomaba mates con un empleado de su remisería en 20 de Junio y Chile. En eso estaban cuando un muchacho que llegó caminando los sorprendió y disparó reiteradamente contra el cuerpo del dueño del negocio. Luego corrió hasta la esquina, se subió a un auto que lo esperaba y huyeron a toda velocidad. Herido de muerte, Bassi fue derivado primero al Hospital Anselmo Gamen de Villa Gobernador Gálvez y luego fue trasladado al Hospital Provincial de Rosario, donde murió en horas de la tarde.

Dos hijos de Bassi (Maximiliano y Leandro) ya habían sido asesinados en la misma vereda de la remisería en una saga que Victoria Orellana, madre de esos muchachos y esposa de Luis, dijo que tiende a eliminar a toda su familia después de haberles colagado el mote de narcocriminales (ver aparte).

Horas después del crimen, el Chevrolet Agile azul y robado en Buenos Aires que supuestamente habían usado los sicarios, apareció quemado en un camino rural de Villa Gobernador Gálvez.

¿Quién es? De Pablo Ariel A. los investigadores dijeron que se trata de "un sicario de la banda Los Monos" (lo que podría ser entendible por su lugar de residencia), que había "participado de otros hechos delictivos y que tiene antecedentes penales".

Sin embargo, en la audiencia imputativa se develó que tenía sólo dos anotaciones penales en su prontuario, ambas en el juzgado de Instrucción 2 y durante 2011: una resistencia calificada a la autoridad (es decir con el uso de un arma) y un encubrimiento de robo. Su abogado defensor, Marcos Cella, apuntó que la causa por la resistencia calificada "ya está cerrada" y fuentes allegadas a la causa indicaron que un hermano de "Diablito", de 25 años, falleció el pasado 8 de mayo tras agonizar cuatro días después de ser baleado en Moreno al 6300.

Fuerte custodia. Esposado, con chaleco antibalas y escoltado por dos efectivos del Servicio Penitenciario encapuchados, Pablo Ariel A. ingresó a la sala 2 de audiencia de los Tribunales con la cabeza baja. Durante más de una hora fue el protagonista de la audiencia en la que se develó cómo mataron a Luis Angel Bassi. El fiscal Malaponte leyó la imputación. Lo acusó de ser el joven que dio muerte al dueño de la remisería con un arma calibre 9 milímetros y de herir a un empleado con el que Bassi tomaba mates. En la escena del crimen se recogieron 15 vainas servidas y, según el informe de la autopsia, la víctima recibió "entre 10 y 12 balazos".

El fiscal basó su alegato sobre el testimonio de tres testigos directos del crimen que "tuvieron relatos coincidentes". E indicó que "48 horas después del crimen, la familia Bassi le informó que, según les habían dicho, los asesinos eran «Diablito» y «Javito»". Días más tarde, el fiscal indicó que recibió un informe policial que se manifestaba en el mismo sentido y con los mismos sospechosos apuntados por sus apodos. Entonces ordenó que se les intervinieran los teléfonos a los dos sospechosos.

"Todo es muy pobre".El informe policial por el que se está acusando a mi defendido es pobrísimo y patético. Y además es ambiguo. Dicen que el apodo de mi defendido es «Diablito» o «Satanás», pero a él le dicen «Mono»", indicó a su turno el abogado Marcos Cella. "A este muchacho lo deberían dejar libre inmediatamente. El informe policial por el que lo están acusando da miedo", indicó el profesional antes de atacar los testimonios de dos de los testigos. "Dicen que quien disparó era de tez blanca y mi defendido es morocho. Dicen que era morrudo y yo le pido que se pare (hizo parar a A.) para que vean que no es una persona morruda", indicó. Esta salida le valió a Cella una reprimenda por parte de la jueza Bernardelli antes de resolver la cuestión. Luego el abogado pidió la nulidad del acta de allanamiento esgrimiendo que "no se consignó el secuestro de fotos". Y cerró su parte diciendo: "Yo no soy el abogado del diablo".

Luego, durante varios minutos fiscal y defensor dieron sus argumentos por la validez o no de las actas de allanamiento, mientras cuatro mujeres familiares de "Diablito", "Satanás" o "Mono", sea cual fuera el apodo del acusado, meneaban la cabeza en señal de negación antes los fundamentos de Malaponte.

Así todo quedó en manos de la jueza Bernardelli, quien coincidió con lo expuesto por el fiscal. Tras reprender a Cella, la jueza no hizo lugar al pedido de nulidad de las actas de allanamientos y dictó el término de la prisión preventiva. En principio la magistrada fue de la idea de otorgar 60 días de prisión, pero como ese plazo vencía el 3 de enero de 2015, en plena feria judicial, la magistrada otorgó 52 días de medida cautelar con vencimiento el 26 de diciembre a las 12 del mediodía. Entre las medidas que quedaron pendientes está una rueda de reconocimiento de personas con los tres testigos directos del crimen. "Los tres dijeron que pueden reconocer al tirador", aseguró durante la audiciencia el fiscal Malaponte.