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  • Coronavirus: el mundo en crisis

17:02:11 08/10/2014

Cerró las puertas de su bar por los problemas que ocasiona el uso del baño público

El concesionario del bar Avelino, que funciona al pie del centro Cultural Roberto Fontanarrosa, en la plaza Montenegro, decidió cerrar sus puertas hasta que la Municipalidad no le dé una respuesta favorable a los innumerables hechos de inseguridad y violencia registrados en los baños públicos del local, y en donde este martes una persona resultó herida de arma blanca tras una discusión en el sanitario.

En declaraciones a  La Ocho, Eduardo César Bruera, concecionsario del bar, indicó que "yo tengo un baño público en el local. Dos personas pidieron entrar al baño. Primero lo hizo una mujer conocida, pasada de droga, después entró un hombre al baño de mujeres y empezaron a los gritos. Mi empleada no supo que hacer, salieron corriendo chorreando sangre por todo el negocio y espantando a todos los clientes".

El titular de la concesión se quejó a viva voz y dio más detalles sobre los numerosos hechos que se producen frente a su clientela.

"Ya es normal (esta situación), se vienen a drogar adentro del baño, mis clientes tienen que presenciar cosas, son amenazados para que se callen la boca y yo estoy perdiendo clientela. Acá vienen muchas mujeres mayores pero se van espantadas. Incluso cuando vienen grupos de deportistas, de chicos jovencitos, los coordinadores me los sacan cada dos por tres porque en el baño hay gente drogándose, o desnuda. No sé que más hacer, ya recurrí a la Municipalidad", se quejó.

"Si hago la denuncia, ellos salen más rápido de lo que yo tardo en denunciarlos. Y después mis empleados son agarrados en la esquina cuando salen. Y al menos una vez por semana uno de ellos resulta golpeado", destacó con un dejo de resignación.

"Hoy no abrí y pienso seguir cerrado hasta que la Municipalidad no me dé una respuesta -se lamentó Bruera-. Ya propuse muchas veces hacer un acceso diferente para que la gente borracha o drogadicta no tenga que cruzar todo el local para ir a los baños. El municipio se niega a eso y quiere que esa gente tenga los mismos baños que mis clientes y a mí se me hace imposible. No voy a arriesgar la vida de mis clientes, ni de mi hija ni de los empleados porque a alguien se le antoje que yo tenga que dejar entrar, no ya a mi baño, sino a mi local, a gente totalmente sacada y agresiva que agrede a mis clientes".