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10:20:31 28/09/2014

Por miedo a perder lo conquistado, los pobres apoyan a Dilma Rousseff

El temor a perder los beneficios provenientes de programas sociales explican en buena medida la notoria ventaja que la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, le sacó en la última semana a su principal adversaria en las elecciones generales del 5 de octubre, Marina Silva, según estiman varios analistas. La encuesta divulgada el viernes reveló que en siete días la mandataria casi duplicó la ventaja respecto a Silva de cara a la primera de vuelta de los comicios y superó cómodamente a la líder ecologista, por primera vez, en una eventual segunda ronda.

Cabe recordar que si ninguno de los candidatos brasileños obtiene la mayoría en primera vuelta _tal como se prevé_ una segunda vuelta electoral se realizará el 26 de octubre.

Según los datos, si las elecciones fueran hoy Rousseff vencería en primera vuelta con el 40 por ciento de los votos a la líder ambientalista, quien recibiría el 27 por ciento de los sufragios. La presidenta también se impondría en un ballotage con el 47 por ciento de las preferencias frente al 43 por ciento de Silva. "La mejor explicación para el fenómeno viene del noreste. Allí, informa la encuesta, Marina Silva cayó nueve puntos porcentuales y Dilma Rousseff subió seis", analiza el columnista del portal UOL Josias de Souza, al repasar los datos.

Terrorismo electoral. La región noreste —de donde es oriundo y tiene su reducto electoral el ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva—, es donde Rousseff obtuvo el mayor repunte. Esa región es una de las más pobres del país y, por tanto, la que posee mayor cantidad de beneficiarios de los programas de transferencia de renta impulsados por los gobiernos del Partido de los Trabajadores (PT), como el "Beca Familia" y el "Brasil sin Miseria". "En un escenario de segunda vuelta electoral, la ventaja de Dilma entre los «nordestinos» saltó de 13 a 26 puntos (porcentuales): 59 por ciento a 33 por ciento (de Silva). Son evidencias de la eficacia del terrorismo electoral, que crece en proporción directa a la dependencia en relación a los programas como el Beca Familia", sostiene Souza.

Al hablar de "terrorismo electoral", el columnista alude a que el notable repunte de Rousseff coincide con la insistente acusación con la que el PT viene atacando a Silva. Según el partido de gobierno, la líder ambientalista pretende acabar con los programas sociales en caso de llegar al poder. Silva negó en forma categórica esa intención, haciendo mención, entre otras, a que ella misma fue víctima del hambre.

Inseguridad. Por su parte, los directores de Datafolha Mauro Paulino y Alessandro Janoni también atribuyeron el repunte de Rousseff al temor de que Silva arrase con los beneficios sociales. "El diagnóstico refleja la inseguridad de la región (noreste), que posee la mayor tasa de excluidos del país, con el futuro de las políticas públicas de asistencia social del gobierno en caso de derrota de la petista", sostienen los especialistas. "Datafolha mostró el domingo pasado de qué manera las dos ex ministras petistas venían dividiendo a los integrantes de la clase media intermedia, el conjunto más joven de la población, con presencia por encima del promedio en el noreste, y que ascendió de forma notoria durante los 12 años de gobierno del PT", agregan.

La región noroeste. Los técnicos concluyen que si bien Silva "perdió puntos en varios estratos del electorado" en la última semana "la caída se concentró con más fuerza en el noreste. De los tres (puntos) perdidos, al menos dos salieron de esa región". "El destinatario del terrorismo, el elector de la clase «C», fue alcanzado de lleno, demuestra Datafolha. En ese universo, compuesto por brasileños con renta familiar de entre dos a cinco salarios mínimos, Dilma y Marina estaban empatadas en 34 por ciento hace una semana. Ahora, la presidenta prevalece sobre la rival con 37 a 30 por ciento", remarca a su vez Souza.