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20:25:07 04/09/2014

Argentina perdió con Grecia 71-79 y jugará el próximo domingo ante Brasil

La selección argentina de baloncesto poco pudo hacer ante el poderío griego y finalizó tercera en el Grupo B del Mundial de España 2014, al perder 79-71 en el partido que cerró la jornada en el Pabellón San Pablo de Sevilla.

Con este resultado, Argentina jugará el próximo domingo ante Brasil, segundo del grupo A, en una nueva edición del clásico sudamericano.

Además, será la quinta vez que Rubén Magnano, entrenador brasileño, dirija ante su ex equipo, con el que salió campeón olímpico en 2004. Hasta ahora, los albicelestes amargaron al ex seleccionador en tres ocasiones, octavos de final de Turquía 2010, Final del Preolímpico 2011 y Juegos Olímpicos de Londres 2012, mientras que Magnano celebró sólo en la fase de grupos del Preolímpico.

En tanto, Grecia se adjudicó la zona y se medirá el domingo con Serbia, mientras que Croacia, segundo, jugará el sábado ante Francia. Desde temprano ya se había determinado el primer cruce: España-Senegal, también el sábado.

El duelo estratégico planteado por los entrenadores marcó que ambos conjuntos salieran con dos armadores, que alternativamente podían llevar la base. Los griegos tenían a Zisis y Calathes, mientras que los argentinos oponían a Campazzo y Prigioni.

Fueron los helenos los que mejor leyeron el partido, porque Calathes estuvo muy efectivo con sus tiros lejanos y porque los internos sacaban diferencias, ya que tanto Bourousis como Printezis encontraban espacios en la zona interna argentina.
Por el contrario, en el otro lado de la cancha, solo Scola podía ubicar los espacios libres en el congestionado tablero griego. Entonces, los europeos fueron tomando ventaja paulatinas, aprovechando además que Argentina no estaba fino en sus tiros de tres puntos (1-4 en ese pasaje).
De esa forma, el 28-16 con que se cerró el primer cuarto fue un castigo para Argentina, que pagó caro cada uno de sus errores. Pero con la llegada de las rotaciones, Grecia empezó a mostrar grietas que no había tenido hasta ese momento.
Por eso, con una buena entrada de Laprovittola, más la astucia de Prigioni y la vigencia de Scola, Argentina se las ingenió para achicar la desventaja a tres puntos.
Pero de nuevo Grecia volvió a las fuentes, con Bourousis dominando en ambos costados, con Calathes manejando los ritmos y con Printezis sumando en todos los rubros.
Así, los helenos recuperaron la diferencia y sacaron la máxima ventaja con un triple sobre la chicharra de Zisis, que provocó una pequeña trifulca. El griego le festejó el acierto en la cara a Campazzo, que luego no le aceptó las disculpas, lo que generó el tumulto con ambas bancas.
No se calmó Argentina con el descanso. Por el contrario, salió mal predispuesto con ocho puntos en contra en un minuto y medio, con una falta técnica a Nocioni incluida. Argentina amagó una reacción, más anímica que de juego.
El Pabellón San Pablo rugía, con la afición argentina a los gritos y con los jugadores protestando cada pitazo de los árbitros. Los griegos no se quedaban detrás, incluso exagerando en los festejos. No parecía un encuentro que sólo definía una posición.
Pero en ese clima caliente, Grecia pudo pasar el sobresalto y recuperar las diferencia. Lamas fue el primero en entender que el torneo seguía y mandó a descansar a Scola.
Lo insólito es que con una formación de emergencia, con cuatro reservas y Campazzo, Argentina encontró lo que no había podido lograr en toda la noche: la fórmula para detener el ataque griego.
Y con mucho corazón se las ingenió para volver a ponerse en partido, con un Campazzo que alternaba buenas y malas, pero que mostró valentía para asumir la responsabilidad.
Entonces volvieron Scola, Nocioni y Prigioni, y Argentina llegó a colocarse a dos puntos (70-68). Pero ese ritmo alocado que le permitió volver al juego, no le sirvió para el momento de la definición, donde Grecia impuso su tranquilidad para quedarse con el triunfo y el primer lugar de la zona.