La empresa nipona Honda ordenó suspender hasta el 8 de julio la producción de automóviles y motos de sus plantas de Campana y Florencio Varela, en la Provincia de Buenos Aires. Sin embargo, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, aseguró que "se trató de una información errónea".

La medida estará vigente por 20 días hábiles, en sintonía con la crisis que afecta a todo el sector automotriz debido al cóctel compuesto por el desplome de la demanda interna, la merma de exportaciones a Brasil, devaluación y el impuesto a los autos de lujo.

El cese en la producción se dictaminó por el exceso de stock de las unidades fabricadas, ya que no se pudieron vender debido a la parálisis que sufre el mercado. Se estima que recién en un mes la cadena de comercialización se reactivará, lo que significaría el retorno al trabajo normal del personal de planta.

Asimismo, Honda indicó que abonará el 80 por ciento de los sueldos brutos a todo el personal mientras persista el freno a la producción.

El Jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, al ser consultado sobre la medida que adoptará la firma japonesa, dijo: "No puedo corroborar un eventual cierre de planta, sinceramente creo que es una información errónea, en virtud que no existe ninguna confirmación".

Además, habló que "los motovehículos que tienen reducción de precios", y de "los mecanismos de financiamiento crediticio y la expansión potencial de la demanda".

En ese contexto, el funcionario dijo que "hay una contradicción, lo que muchos economistas opinan es que la tasa de interés es alta" y agregó que "si la gente no toma crédito respecto a la presunción de la tasa de inflación que proyectan esos mismos economistas, la tasa sería fuertemente negativa, y al consumidor le convendría tomar tasa de interés y adquirir un bien durable".

Fuente: La Capital