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14:18:08 04/06/2014

Falleció Virginia Luque y con ella se apagó una de las grandes voces del tango

La popular intérprete  Virginia Luque, dueña de una brillante carrera en el cine, el  teatro, la TV y el tango, murió a los 86 años en su  domicilio porteño, a causa de una larga enfermedad que la tuvo a  maltraer en el último tiempo.

Desde la producción del programa radial “La noche con  amigos”, que Lionel Godoy, esposo de Luque, conduce a través de La  2x4 confirmaron a Télam el deceso de la artista.
Virginia estuvo internada hasta hace 10 días y si bien volvió  a su casa, le habían armado una sala con oxígeno y enfermeras  debido a lo delicado de su cuadro, comentaron los compañeros de  Godoy.
Nacida como Violeta Mabel Domínguez el 4 de octubre de 1927  en Buenos Aires, tuvo una precoz relación con la escena y de niña  actuó en teatro tras una iniciativa de uno de los dueños de la  sastrería Casa Muñoz, donde trabajaba su padre, que le comentó la  necesidad de una nena para una pieza teatral a presentarse en el  teatro Liceo.

Luego, a los 15 años hizo teatro con la Compañía Española de  Comedia de Josefina Díaz y Manuel Collado y apenas un año después  llegó al cine bajo las órdenes de Francisco Mugica en “La guerra la  gano yo”, donde actuaba Pepe Arias.
Formada como cantante por Julián Viñas, ostentó una voz  pequeña pero bien timbrada y un ángel que la catapultó como la  “Estrella de Buenos Aires”, tal como se lo conoció en sus épocas de  apogeo.
Con esas dotes vocales, inicialmente cantaba piezas de  diversos géneros: tango, bolero, español e incluso protagonizó la  película “Del cuplé al tango” en la que asumió obras de esos dos  géneros.
Pero además de su prolífica labor cinematográfica y teatral,  Luque fue actriz de radioteatros (“Narcisa Garay, mujer para  llorar”, de Juan Carlos Ghiano) y de televisión (“Las veinticuatro  horas” y “Hombres en mi vida”).

Los ojos de Virginia Luque están unidos a los mejores  momentos de la televisión argentina, en ciclos como “El show de  Antonio Prieto”, “Tropicana Club” y “La familia Gesa” y “La familia  Gesa se divierte”.
Su filmografía incluye unas 30 películas, muchas de ellas  en el exterior, tal el caso de la exitosa “La balandra Isabel llegó  esta tarde”, en pareja con el mexicano Arturo de Córdova, película  de Carlos Hugo Christensen que se filmó en Venezuela y participó en  el Festival de Cannes de 1951.
También protagonizó “El hombre del sábado” (1947), de  Leopoldo Torres Ríos; “Un tropezón cualquiera da en la vida”  (1949), de Manuel Romero; “Don Juan Tenorio” (1949), de Luis César  Amadori; “La historia del tango” (1949), de Manuel Romero; “La vida  color de rosa” (1951), de León Klimovsky; “Arriba el telón” (1951),  de Manuel Romero, y “Sangre y acero” (1956), de Lucas Demare.
También son de ese grupo “Del cuplé al tango” (1959), de  Julio Saraceni; “Buenas noches, Buenos Aires” (1964), de Hugo del  Carril; “Vivir es formidable” (1966), de Leo Fleider y “Los chicos  crecen” (1976), de Enrique Carreras.

En 1995 ganó el premio Cóndor de Plata a su trayectoria,  otorgado por la Asociación de Cronistas Cinematográficos de la  Argentina, y también el premio Konex, como cantante femenina de  tango.
En octubre de 2011 actuó en el Teatro Enrique Carreras, de  Mar del Plata, en el marco del ciclo “Milongueando en el 40” y fue  la única estrella femenina durante la presentación de “Café de los  maestros” en el Teatro Colón y participó en el filme del mismo  nombre de 2008, al igual que aquellas presentaciones, respaldado  por Gustavo Santaolalla.
En el 2012  sufrió una caída accidental que le provocó una  infección en la piel llamada Erisipela, enfermedad que costó tratar  debido a su alergia a la penicilina.
El año pasado, a modo de recorrida por su vida y balance de  la larga y laureada trayectoria en escenarios y sets, el actor,  autor y crítico Mario Gallina publicó el libro “Virginia Luque. La  estrella de Buenos Aires”.

“Me gusta definirme como una actriz que canta. Nunca he  dejado de lado a la actriz que fui en un comienzo, por eso para mí¡  los personajes de las canciones son siempre diferentes. Cada obra  necesita ser estudiada, investigada, ensayada. Cada canción es un  personaje, o si se quiere un monólogo, y los he encarado a partir  de que se trata, sin duda, de un texto teatral y de la actriz que  soy”, se definió Virginia en un pasaje del texto.
Acerca de su ligazón con el tango, que recién se plasmó  acabadamente en los 70, reveló que fue Azucena Maizani, una de las  pioneras del tango, quien le dijo “vos sos tango”.
Y para Luque, según explicó, “ser tango implicó sentir lo  propio, lo que es nuestro. Sentir como siento yo, una tremenda  emoción cuando interpreto nuestra música, aquí¡ y afuera. Y  concluir en la certeza de que soy -no sé si cabe- más porteña y más  argentina”.

A lo largo del libro, la artista consignó que “hice todo,  cine, radio, televisión -que me gusta mucho-. Pero no creo que haya  nada como el teatro. También tengo predilección por el  café-concert, se logran muy lindos climas en ese hábitat”.
Para la presentación del volumen, en abril de 2013 en el  teatro Empire, a la que Luque asistió, se proyectó el cortometraje  “Virginia Luque. La luz de una estrella”, de Diego Fernán.