Los recortes presupuestarios impuestos por la administración del presidente Javier Milei siguen alcanzando a muchos ámbitos en el país y esta vez le tocó el turno al Monumento a la Bandera. La continuidad de las obras de refacción que comenzaron el año pasado corren riesgo en caso de que la empresa constructora que se hizo cargo de los trabajos no reciba respuestas concretas sobre los pagos por obras ya ejecutadas, monto que asciende a 130 millones de pesos y al que todavía no se le aplicaron las redeterminaciones por la inflación, con las que la cifra llegaría a los 400 millones de pesos.

El titular de la firma Dyscon SA, Mariano Schor, indicó que las obras en el Monumento a la Bandera continúan pero a ritmo "muy lento": "Supuestamente, esta semana nos iban a pasar información sobre si iban a pagar o no. Se deben muchos certificados y redeterminaciones ya que se está trabajando con precios de abril del 2023 y es muy difícil poder continuar en este estado".

"Si no tenemos resolución para finales de este mes sobre cómo vamos a continuar, lamentablemente se va a tener que parar la obra", estimó.

Las tareas son para poner en valor el tesoro de la ciudad y buscan dejar en condiciones uno de los monumentos más importantes del país después de más de siete años de anuncios consecutivos. Desde abril del año pasado, profesionales vienen trabajando en su restauración patrimonial y puesta en valor para realizar la concreción parcial del proyecto original de rehabilitación integral.

Las primeras tareas consistieron en relevar el estado del ala sur del  Monumento para realizar luego una prueba de limpieza. En ese entonces, también fueron catalogadas las distintas patologías que encontraron los especialistas en restauración. En la fase inicial, se les aplicó una serie de productos químicos para tratarlas. Se concretó un mapeo mientras que, a lo largo de este tiempo, el Ministerio de Obras Públicas de la Nación visitó en reiteradas ocasiones el Monumento para inspeccionar las obras y seguir el paso a paso de cada uno de los avances.

Luego en mayo se desarmó una de las ánforas ubicadas en el propileo del Monumento para evaluar su estructura y determinar las acciones de restauración. Se produjo un relevamiento y registro fotográfico de las esculturas Océano Atlántico y Río Paraná, y los altorrelieves y bajorrelieves en los laterales del atrio.

Se utilizó una técnica innovadora que les permitió a los técnicos marcar las patologías detectadas y establecer los criterios de intervención. Siguió una limpieza manual con toques artesanales con cepillos, pinceles y bisturíes del sector del altorrelieve llamado El Juramento de la Bandera de los Andes. Allí en la fachada sur, donde había un gran biodeterioro.

Se quitó depósito de líquenes (microorganismos que generan esa especie de pátina negra que se observa en las placas) y se implantó un biocida que eliminó esos microorganismos alojados en los poros del material. Una vez que actuaron las sustancias químicas, se realizó una limpieza al vapor para protegerlo.

Una de las ideas a principios de año era que el propio Milei inaugure la refacción del Monumento, luego de que la empresa tuviera la confirmación del entonces ministro de Infraestructura, Guillermo Ferraro, de la continuidad de las obras.

Sin embargo, el despido del funcionario y el pase de esa área a la órbita del Ministerio de Economía, a cargo de Luis Caputo, dejaron en pausa las conversaciones. "Después de la salida de Ferraro no tuvimos soluciones ni directivas claras", manifestó Schor.

Consultado sobre el tiempo que demandará la finalización de la obra, anticipó que si bien todo depende del "flujo de caja que tenga Nación", quedan entre seis y siete meses, por lo que no darían los tiempos para que el presidente inaugure las refacciones el Día de la Bandera. De todos modos, afirmó que "si llegan los fondos, la parte más importante estará lista para el 20 de junio".

Fuente: La Capital