Un sarcástico Jorge Capitanich puso el foco esta mañana en los piquetes que había adelantado la izquierda para restar credibilidad al paro que realizó el sindicalismo opositor, y que él restringió al sector transporte. Esta tarde reiteró los mismos conceptos. "No cambió nada", argumentó.

"Cuando uno quiere hacer efectivo el derecho a huelga, lo debe hacer en un contexto donde exista libertad de circulación, libertad de elegir", señaló.  "Puede existir el marco de oposición que hay en toda democracia, pero no en un mecanismo que compromete a un conglomerado de ciudadanos sitiados si uno no tiene un medio de transporte".

El jefe de ministros habló con Radio del Plata poco después de que finalizara la conferencia de prensa que encabezaron el camionero Hugo Moyano, el gastronómico Luis Barrionuevo y el titular de la CTA enfrentada a la Casa Rosada, Pablo Micheli. Aunque fue uno de los blancos principales de las críticas de los líderes sindicales, optó por evadir la confrontación.

"Uno sabe quién es quién y de quién. Fuimos muy pocos los que defendimos iniciativas para defender a los trabajadores de quienes estaban sentados en esa mesa. Hoy quizás tienen otros amigos, quizás amigos que no fueron capaces de estar cuando necesitaron la defensa de los intereses de los trabajadores", respondió. Y agregó: "Uno tiene que entender las diferencias. Soy respetuoso con quien no piensa como nosotros".

Consultado sobre las consignas que motivaron el paro, Capitanich respondió: "Han planteado una agenda de temas que están desvirtuados por la realidad". Entonces buscó desacreditar las críticas al salario mínimo vital y móvil –"Es el más alto de América Latina"–; al mínimo no imponible  –"He dado datos objetivos de que los trabajadores con sueldos de 15 mil pesos no pagan"– , y a las paritarias.

A su entender, la medida de fuerza "esconde otro tipo de motivación, que es político". "Hay una arquitectura política e ideológica que tiene que ver con la capacidad para generar mecanismos de oposición sistemática al Gobierno", añadió.