La Secretaría de Comercio instalará chips en las cajas de los supermercados para controlar precios y abastecimiento en las cadenas que forman parte del programa "Precios Cuidados".

Tal como lo anticipó la presidenta de la Nación en su última presentación pública, el gobierno aceitará todos los mecanismos para controlar que todas las cadenas de supermercados que firmaron el acuerdo de precios cumplan no sólo con los valores estipulados sino además con el abastecimiento correspondiente.

Por otra parte, desde el gobierno y las entidades más cercanas al oficialismo señalan que el incremento de los precios es producto de un proceso especulativo y que los consumidores deben ser activos partícipes en los mecanismos de control.

En ese camino, el jueves último, empresas de electrónica y electromecánica se reunieron con especialistas de esa Secretaría para analizar la tecnología que se implementará.

Control a infractores. En un plazo máximo de tres meses se deberán fabricar los chips para que, a través de un sistema computarizado, las infracciones sean controladas.

Son más de 100 firmas nacionales las que le presentaron al secretario de Comercio, Augusto Costa, un documento sobre una placa de almacenamiento de datos que se instala en las cajas registradoras de los comercios y que envía los datos a la Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip).

El chip se colocaría entre el lector de código de barras y el controlador fiscal, y una vez instalado, enviará la información que incluirá una descripción del producto que se vende y su precio.

El costo estimativo para su fabricación no excedería los 150 dólares por unidad y el gobierno analiza subsidiar en parte la compra de los aparatos.

Unas 2.000 sucursales de 60 cadenas de supermercados de todo el país estarían en condiciones técnicas de instalar hoy este tipo de equipos.

Con los nuevos controles, el gobierno recibirá datos sobre el producto, que utilizarán como parámetro de comparación del mismo artículo en otros locales de la misma zona.

Ventas minoristas. Por otra parte, la Federación que agrupa a cámaras y centros comerciales (Fedecámaras) salió ayer a cuestionar "los aumentos generalizados de precios" y señaló que por esa razón y por "un comportamiento más cauto de los trabajadores", las ventas de los comercios minoristas cayeron 7,5 por ciento interanual durante la primera quincena de febrero.

A través de un comunicado, la entidad indicó que hubo una inflación mayorista de "5,5 por ciento en ese período, impulsada por las empresas productoras, fabricantes y distribuidores, que trasladaron el aumento del tipo de cambio, en los últimos días de enero, a la casi totalidad de los productos, impactando en febrero".

"De todas maneras el comercio minorista amortiguó parte de ese incremento, y las subas que se observaron en los negocios llegaron en promedio al 2,9 por ciento", agregó el informe.

"Es un esfuerzo que hace el pequeño comerciante, para que no se siga castigando al bolsillo del consumidor", dijo Rubén Manusovich, titular de la federación.