El grupo de trabajo interministerial de Buenas Prácticas Agrícolas y aplicaciones fitosanitarias dio a conocer  un informe que ya genera bronca entre militantes ambientalistas. El documento, que pretende brindar información sobre un tema siempre polémico, no habla de distancias para la aplicación de agroquímicos e indica que el buen uso de esos productos depende de otros factores.

El informe elaborado por los ministerios de Agroindustria, de Ambiente, de Salud, y de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, el Consejo Federal de Medio Ambiente (Cofema), el Consejo Federal Agropecuario (CFA), el INTA y el Senasa, incluye doce puntos fundamentales para ordenar las políticas públicas nacionales sobre aplicaciones de fitosanitarios en "zonas de amortiguamiento". 

Lo primero que llamó la atención de quienes militan contra las fumigaciones a discreción es que el documento no se refiere a distancias para el uso de esos productos, sino que considera que con "buenas prácticas" queda garantizada la aplicación de fitosanitarios sin inconvenientes. 

El diputado provincial Carlos Del Frade sentenció que se trata de un "fenomenal retroceso". Alertó que lo expuesto por el documento "es una gran mentira" y que van en contra lo establecido, por ejemplo, por la Organización Mundial de la Salud y la Comunidad Europea.

“La OMS habla de distancias de cinco mil metros como mínimo para las fumigaciones. La provincia de San Luis tiene hoy una ley que habla de 1500 metros. Esto va en contra de un montón de fallos. Incluso la ley que tenemos en Santa Fe, que es de 1995, habla de 500 metros”, recordó el legislador.

Del Frade, que presentará en la Legislatura un proyecto de declaración de preocupación por el tema, además se mostró alerta porque la interministerial "le dice al sector privado que haga autocontrol". "Esto es decirle al zorro que no se coma los huevos que están en el gallinero", lamentó.

Para el diputado, la recomendación publicada este jueves "pone en pie de igualdad a los municipios y comunas con los fumigadores" ya que ahora serán los jefes de las pequeñas localidades los que tengan que plantarse ante grandes empresarios apurados por fumigar para luego cosechar. "Esto está hecho a imagen y semejanza de las multinacionales", concluyó Del Frade. 

El documento que vio la luz este jueves, 90 días después de conformado el grupo de trabajo interministerial, señala que las actividades de aplicación de productos fitosanitarios en la actividad agrícola deben realizarse "conforme a la observancia de las buenas prácticas agrícolas y sujetas a sistemas de control y monitoreo adecuados". Aclara también que "se entiende por buenas prácticas al conjunto armónico de técnicas y prácticas aplicables".