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12:35:56 27/01/2014

Ediles alarmados por la intromisión del narcotráfico en Rosario

¿A quién interpela el mural que recuerda al líder de la banda de Los Monos, Claudio Ariel Pájaro Cantero, en una de las esquinas de La Granada? ¿Qué desafíos plantea su existencia en medio de un barrio de casas muy modestas habitado por unas cien familias? Para varios integrantes de la comisión de Seguridad Pública y Comunitaria del Concejo Municipal, la pintura es la expresión de cómo la cultura del narcotráfico cala en los recovecos de zonas vulnerables de la ciudad. Pero también un señalamiento sobre las deudas que las políticas de inclusión tienen en algunos barrios. Así, con sus matices, cuatro ediles de distintos bloques aportaron sus lecturas sobre el polémico homenaje.

Como publicó La Capital en su edición de ayer, la imagen del líder narco asesinado hace ocho meses se plasmó sobre uno de los bordes de una canchita de fútbol ubicada en calle Khantuta al 1800, a dos cuadras del complejo City Center.

El paredón exhibe el rostro sonriente de Claudio Ariel Cantero y unos versos que, casi en clave amorosa, exponen el dolor por su muerte. Según indicaron algunos vecinos, el potrero donde se plasmó el mural (cercado, iluminado y con el césped prolijamente cortado) fue montado por Cantero y allí practicaban a diario los pibes del barrio.

"La imagen es muy fuerte y es una señal de cómo el narcotráfico ha penetrado en algunos sectores de la ciudad", advirtió el presidente de la comisión de Seguridad del Concejo, Diego Giuliano, frente a la consulta de este diario.

Para el edil del bloque Rosario Federal, "el mural forma parte de una secuencia que comenzó con el ataque a la casa del gobernador (Antonio Bonfatti), el doble homicidio de Luis Medina y su novia (empresario sospechado de vínculos con el narcotráfico) y la fuga del sicario de la Jefatura. Todo tiene una continuidad y muestra cómo está instalado el narcotráfico en la ciudad". Signos que, juzgó, "el gobierno provincial debe dejar de negar y debe afrontar, no sólo desde una mirada relacionada con la seguridad sino desde la salud, ampliando la oferta de prevención y recuperación de adicciones".

La concejala del Frente para la Victoria (FpV) Norma López comparó la imagen con el "grado de popularidad" que ostentan también los velatorios de algunos integrantes de organizaciones delictivas (ver página 27). "El consumo exacerbado, las adicciones y el narcotráfico traspasan lo que significan cuestiones de clase social, generalmente los jóvenes de barrios pobres son los más estigmatizados, pero hay muchos sectores de la sociedad que ven en lo que significa la economía narco un lugar de incorporación laboral, de pertenencia y donde pueden ejercer liderazgos hacia sus comunidades", advirtió.

Y señaló: "A quienes nos ocupamos de la gestión política esto nos indica que existe un grado de fracaso, o una deuda, con sectores importantes de la sociedad".

De inversiones y políticas. En el bloque del PRO, Rodrigo López Molina opinó que el mural "forma parte de la realidad que vive Rosario, que no sólo incluye la proliferación de búnkers, la muerte de jefes narcos y la utilización de sicarios sino la cantidad de inversiones que son manifestación del poder económico de esos grupos".

"El culto a la personalidad del líder —afirmó— es uno de los símbolos de esas organizaciones que, lamentablemente, en muchos lugares ocupan el lugar de contención que el Estado no desarrolla".

Para el referente del ARI Carlos Comi, la existencia de ese mural en el barrio La Granada cuestiona la presencia del Estado, en sus tres niveles, en las barriadas populares.

"Es necesaria una presencia fuerte en las zonas más postergadas de la ciudad construyendo infraestructura deportiva, centros donde los vecinos se encuentren y se jerarquice la forma de la cultura de la paz por sobre la de la violencia, porque si bien es cierto que existen esos lugares, no son suficientes", detalló.

Al respecto, Comi concluyó: "La apuesta de las bandas delictivas es que existan zonas de la ciudad donde no rija la ley del Estado sino la cultura de la violencia. Creo que, sin dudas se está trabajando en los barrios, pero hay que hacer más".

Fuente: La Capital